En un arrebato de furia, Antoine Courtoin, de 12 años, golpea con un palo al hijo de sus vecinos, Remi Desmedt, de 6 años, en la sien, matándolo al instante. Presa del pánico, Antoine no sabe qué hacer y en vez de contarle a su madre lo que ha hecho, decide esconder el cuerpo en el bosque, dentro de un tronco hueco, y cuando le preguntan su le ha visto lo niega y que no sabe dónde puede estar.
La madre del niño, muerta de preocupación, organiza una batida a la
que se unen todos los vecinos del barrio y la policía da al niño
oficialmente por desaparecido. La noticia centra todos los
informativos y con el paso de los días Antoine sufre un estado
constante de tensión y ansiedad, pensando que en cualquier momento
la policía llamará a su puerta para detenerlo y que su madre lo
mirará como si fuera un monstruo.
Pese a lo corta que es la novela, unas 220 páginas, es muy intensa y esa tensión y ansiedad que sufre el protagonista está presente todo el tiempo, hasta el final. La novela se estructura en tres momentos distintos en la vida del protagonista: 1999, cuando ocurre el homicidio, ocupa la mayor parte (145 de 220 páginas); 2011, cuando Antoine, ya un estudiante de Medicina, regresa al pueblo y descubre que van a edificar en el bosque y esta vez sí, encontrarán a Remi e irán a por él; y 2015, cuando tiene lugar el sorprendente epílogo.
La novela me ha encantado, es corta pero muy intensa y el autor logra que te metas en la piel del protagonista, que sientas su pánico y ansiedad a ser descubierto. La prosa de Pierre Lemaitre te engancha desde las primeras páginas y el libro se te pasa volando, y hay algunos giros que te dejan con la boca abierta. Sin duda es uno de mis autores europeos favoritos. Novela muy recomendable.
Pues no lo conocía, pero me lo apunto. No conocía tu blog, me quedo de seguidora y te invito a que te pases por el mío si te apetece.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias. Bienvenida.
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