Un virus desconocido se extiende rápidamente por el mundo y hace que la gente se suicide y que ataque violentamente a todo el que tenga cerca. Doscientos años más tarde, lo que queda de la especie humana se ha establecido en asentamientos, el principal de ellos erigido en torno a un monasterio de la Edad Media conocido como la Lanza.
La vacuna que se creó para el virus tuvo una gran variedad de efectos secundarios, dependiendo de la génetica de cada persona. Muchos murieron tras ponérsela, otros desarrollaron malformaciones y unos pocos dejaron de envejecer. Este es el caso de Andrea, que tenía 17 años cuando se puso la vacuna y 200 años más tarde sigue aparentando la misma edad. La Lanza está gobernada por un Consejo, formado por los jefes de Seguridad y de Administración, cinco representantes del pueblo llano, elegidos por votación cada cuatro años y los cuatro Ancianos que quedan en el monasterio (personas que no envejecen, como Andrea), Andrea incluida, y su sociedad está organizada por oficios, es decir, los hijos están obligados a heredar el oficio de sus padres y no pueden dedicarse a otra cosa.
Un día llega a la Lanza un joven procedente de otro asentamiento, el Cuenco, llamado Hermes, con una terrible noticia: el virus que casi acabó con la Humanidad hace 200 años ha regresado, pero parece afectar solamente a las personas mayores de veinte años. El Consejo celebra una reunión de urgencia para tratar el tema y buscar alguna solución, y Andrea les revela algo que no sabían: su padre era científico y trabajó en la elaboración de la vacuna. En su laboratorio tenía almacenados miles de viales de la vacuna y ella sabe dónde se encuentra. Así que el plan es enviar un grupo hasta ese laboratorio, todos menores de veinte años, encabezado por la propia Andrea, y hacerse con los viales antes de que todos los adultos sucumban ante el virus. El viaje, ida y vuelta, les llevará casi dos semanas y no estará exento de peligro. Puede que aunque encuentgren los viales de la vacuna lleguen demasiado tarde, pero es la única opción que les queda.
Manel Loureiro es uno de mis escritores españoles favoritos de la actualidad (más aún porque es gallego, como yo) y, por otro lado, me encantan las novelas postapocalípticas sobre el fin de la humanidad, así que este libro lo he disfrutado el doble.
La idea de un virus que hace que la gente se suicide es espeluznante, aunque me hace pensar en la película "El incidente" de Shyamalan, donde pasa esto mismo, no obstante Loureiro sabe darle su toque personal y se centra más en la búsqueda del remedio que en el virus mismo. También hay una trama secundaria que transcurre en la Lanza, muy en la línea de "El Señor de las Moscas". En ausencia de los protagonistas, cierto personaje toma el control del asentamiento y establece un reinado de terror, y un pequeño grupo forma una resistencia para hacerle frente y recuperar el control. Esta trama corre paralela a la principal y realmente no es necesaria; sin ella el libro tendría 100 páginas menos o así, pero engancha y en ciertos momentos te hace hervir la sangre. Algunos personajes son realmente odiosos y querrías matarlos.
En resumen, la novela me ha gustado mucho. Es una de las mejores novelas postapocalípticas que he leído en mucho tiempo y también una de las mejores lecturas de este año 2021. ¡No te la pierdas!
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