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viernes, 1 de octubre de 2021

La planta, de Stephen King


 "La planta" es una vieja historia que Stephen King empezó a escribir a principios de los ochenta y que fue regalando a sus amigos y allegados por Navidad, en vez de la típica tarjeta navideña, a razón de un capítulo cada Navidad. Pero tras la tercera entrega, King abandonó la historia, porque se parecía demasiado a "La tienda de los horrores", y así se quedó hasta el año 2000. Tras el rotundo éxito que supuso la publicación digitqal del relato "Montado en la bala", King quiso hacer lo mismo con "La planta". El plan era publicar una parte cada mes y para descargar cada parte el lector debía pagar un dólar; si el lector cumplía y pagaba, King también cumpliría su parte del trato. 

Al parecer en línea la primera parte, fue descargada miles de veces en pocas horas, y la cuota de pago se mantuvo en torno a un 80%, así que King no podría estar más contento. Con la segunda y tercera parte, el nivel de pago se mantuvo más o menos igual, pero entonces surgieron los problemas. Cada parte era un poco más larga que la anterior, así que pasaron de valer un dólar a 2,50. Y ya sabes cómo es la gente, haríamos cualquier cosa por ahorrarnos unas monedas. La gente optó por las copias piratas y los pagos bajaron del 75-80% a un 45%. King quedó bastante decepcionado con sus Lectores Constantes y decidió que la sexta parte sería la última, de momento (han pasado 20 años y sigue siendo la última). 

Cuando estaba en el instituto un profesor me pasó a mí y a otros compañeros un cd con mil y pico libros y entre estos se encontraba "La planta" en formato doc. Empecé a leerlo en el ordenador, pero leer en el ordenador es bastante rollo y esa primera vez planté la lectura en la tercera parte. Te estoy hablando de, tranquilamente, 20 años atrás. Yo los e-books los leo en el móvil, así que decidí darle otra oportunidad (es muy distinto estar una hora frente a la pantalla del ordenador leyendo un texto a leer en el móvil tumbado en la cama). 

"La planta" está narrada de forma epistolar, es decir, mediante cartas, memorándums de oficina y extractos de diarios, y transcurre en una pequeña editorial llamada Zenith House.  Posee tan solo el 2% del mercado de libros en rústica y ocupa el puesto décimoquinto en una lista de quince editoriales. Sus empleados están con el corazón en un puño, ya que Apex, la corporación propietaria de Zenith, pretende ponerla a la venta si no logra un milagroso repunte en las ventas del presente año, 1981, y tal como le han ido las ventas hasta ahora, eso no parece que vaya a pasar. 

John Kenton es uno de los cuatro editores de Zenith House y un día recibe una carta de un joven llamado Carlos Detweiller, de Central Falls, Rhode Island, que ha escrito un libro titulado "Verdaderos cuentos de las Plagas Demoniacas". Para John queda claro que Detweiller no tiene ningún talento como escritor, pero lo mismo podría decirse de la lista de escritores que publica la editorial, así que John le pide al joven que le envíe algunos capítulos de muestra y un borrador, pero Carlos Detweiller le envía el manuscrito completo, y es peor de lo que John se había imaginado. El joven también le envía varias fotografías de dudoso gusto, algunas son claras falsificaciones pero cuatro de ellas son perturbadoramente realistas y muestran un supuesto sacrificio humano. 

Le parecen tan realistas que decide informar del asunto al jefe de policía de Central Falls y Carlos es arrestado, pero poco después lo dejan en libertad, pues un agente ha visto a la supuesta víctima del sacrificio vivita y coleando en la floristería donde trabaja Carlos. Este sabe lo que ha hecho John y jura vengarse de él. Le envía varias cartas amenazadoras. llenas de insultos, y un par de semanas más tarde, bajo seudónimo, envía a la editorial una pequeña planta. Parece una hiedra común bastante raquítica, pero aquello es mucho más que una simple planta. La planta se queda olvidada en el cuarto del conserje, y con el paso de los días empieza a crecer desmesuradamente y a apropiarse del lugar, como si tuviera vida propia, y en la pequeña editorial empiezan a pasar cosas raras. 


La historia me ha gustado mucho. Me recuerda al King de los ochenta, al tipo de historias de terror que solía escribir por aquella época, y me resulta muy interesante el formato epistolar de la narración. Es una lástima que King abandonara el proyecto, pero tal y como termina, el final me parece bastante cerrado. Esperemos que algún día retome la historia, pero a estas alturas de la película lo dudo.


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