Pese a ser la tercera película de la
saga, en realidad es una precuela de la primera y el protagonista es
el que luego acaba convirtiéndose en el retrasado que sale en Cube.
El protagonista es Eric Wynn, un
informático que trabaja en el Cubo. Su trabajo consiste en vigilar
por el monitor a los que están encerrados en el Cubo, grabar sus
sueños, activar las trampas... Básicamente en acatar todas las
órdenes que le llegan de arriba. Y sobretodo en no hacer preguntas,
porque las preguntas pueden llevarlo abajo, al Cubo.
Hasta ahora, Wynn creía que los que
estaban en el Cubo eran condenados a muerte que habían firmado un
consentimiento eligiendo el Cubo antes que morir, pero descubre que
una mujer encerrada allí abajo no firmó ningún consentimiento, y
empieza a pensar que eso del consentimiento es un bulo y que puede
haber gente inocente encerrada en el Cubo. Wynn comienza a
cuestionarse las órdenes y el sentido de todo aquello, y decide
meterse en el Cubo y tratar de ayudar a la mujer a salir de allí.
La primera película me gustó mucho,
aunque dejaba preguntas sin responder. La segunda me decepcionó y
pensé que esta sería más de lo mismo, pero lo cierto es que me ha
parecido bastante buena. La historia es similar a la de la primera
película, descubrimos algunas cosas bastante interesantes acerca del
Cubo, como lo que pasa cuando llegas a la salida, además de su buena
dosis de casquería (en la primera escena a un tipo se le desprende
toda la piel y se convierte en una pulpa sanguinolenta).
Normalmente suelo ver las películas en
orden, pero no sé por qué el DVD no me reproduce la segunda (sí,
es grabada), será algo del formato, así que tengo que verla en el
ordenador. A ver si lo hago pronto.
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