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miércoles, 9 de abril de 2014

El último partido, de John Grisham


En esta novela corta John Grisham vuelve a alejarse de su género habitual de thrillers judiciales para presentarnos una historia intimista y muy emotiva. Hace 15 años Neely Crenshaw alcanzó la gloria con el equipo de fútbol de su instituto, el Spartan, y se le auguraba un gran futuro como quarterback, pero una lesión de rodilla truncó su carrera. Ahora regresa a su pueblo natal porque Eddie Rake, el entrenador que los llevó a lo más alto, tiene cáncer y está en las últimas. Eddie Rake fue el entrenador del equipo durante 34 años y en ese tiempo consiguió 400 victorias, 13 títulos estatales y un récord de 84 victorias consecutivas, el equivalente a 7 temporadas sin sufrir una sola derrota, pero con sus jugadores era un auténtico dictador y las sesiones de entrenamiento eran todo un infierno. Durante un partido trascendental en el que iban perdiendo por un amplio margen, Rake y Neely llegaron a las manos y éste prometió cuando se fue que no regresaría a Messina mientras Rake siguiera allí, aunque al final ha acabado rompiendo su promesa.
Neely se reencuentra con viejos amigos y compañeros de equipo así como con veteranos que alcanzaron la gloria décadas antes que él, se reúnen todos en las gradas del campo de fútbol, se ponen al día y rememoran sus grandes momentos con el equipo, a la espera de que les anuncien la inevitable muerte del entrenador.

Me encantan tanto los thrillers judiciales de Grisham como los que no lo son, porque lo que me atrae no son los libros en sí, sino su forma tan amena de escribir, que te engancha desde la primera página; yo sería capaz de leerme hasta su lista de la compra. A mí me gustan mucho esas historias donde el protagonista vuelve a su pueblo y se reencuentra con sus amigos del colegio, o de la universidad y resuelve algún conflicto que había quedado en el aire desde entonces, redimiéndose durante el desarrollo de la historia, así que esta novela corta me ha parecido genial.
En sus novelas judiciales Grisham consigue que entiendas fácilmente los términos legales más complejos, pero cuando se aparta de su género logra que te emociones (o te rías) como si siempre hubiera escrito ese tipo de libros. Tengo que confesar que en las últimas páginas casi se me escapó alguna lagrimilla, pero es que es imposible no hacerlo, hasta ese punto llega el talento de este señor. Además el libro habla mucho sobre fútbol americano, deporte que no entiendo mucho, pero pese a ello Grisham logra transmitirte esa emoción que siente todo gran aficionado, con la grabación del mítico partido que casi puso punto y final a la racha de victorias de los Spartans, pero que milagrosamente consiguieron ganar. Te sientes con el corazón en un puño. Lo malo es que solo tiene 170 páginas y se te pasan volando. Pero de todas formas ha sido una lectura maravillosa. ¡No te lo pierdas!

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