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viernes, 4 de abril de 2014
Sherlock. 3ª temporada
Qué cabrones. Dos años esperando, bueno, más bien dos y medio, porque los dos actores protagonistas estaban haciendo películas sin parar y tuvieron que retrasar el rodaje, esperando pacientemente por esta 3ª temporada para que nos dijeran cómo narices hizo Sherlock para fingir su muerte, cuando se veía claramente que se lanzaba al vacío e impactaba duramente contra el suelo (aunque había algunos detalles bastante sospechosos, como el ciclista que arrollaba a Watson impidiéndole llegar hasta Sherlock o la ambulancia que enseguida se lo llevaba), pero llegado el momento, ¡no nos lo dicen! Y todo por culpa de John. Cuando Sherlock le estaba enumerando las 13 posibilidades de salir con vida de aquella azotea, él va y lo interrumpe, diciéndole que no le importa cómo lo hizo, que lo que quiere saber es por qué no le dijo que estaba vivo. ¿Pero en qué cabeza cabe? Todos estábamos atacadísimos por conocerl la explicación, ¡y a él le da igual y se hace el ofendido! Menuda tomadura de pelo. Claro que esta es su excusa perfecta para no tener que explicarnos exactamente cómo lo hizo, porque seguramente creyeron que la explicación no satisfaría a todo el mundo. Algo que en mi opinión es una tontería. ¡Yo quería saber la verdad y me daba igual todo lo demás!
Aunque en realidad en el primer capítulo se nos proponen tres teorías para que escojamos la que nos parece la más probable. La primera teoría, con la que empieza el capítulo, es espectacular. Sherlock se tira con un gancho, rebota en el aire y atraviesa una ventana. Allí está Molly, a la que le da un beso de película y luego se marcha más chulo que un ocho. Al mismo tiempo le ponen una máscara con su cara al cadáver de Moriarty y es este al que arrojan al suelo, y un hipnotizador hace dormir a John el tiempo suficiente para tenerlo todo preparado cuando vuelve en sí. Esta escena inicial mola un montón y te deja con la boca abierta, pero se contradice en algunos detalles con lo que pasó en el 2x03 en la azotea. Allí no se vio ningún gancho y lo de la máscara de Sherlock no tiene sentido porque tendría que haber dado por sentado que Moriarty se suicidaría y por la cara que puso está claro que no se lo esperaba. Así que no cuela.
La segunda teoría es puro cachondeo y muy divertida. Lo que cae es un muñeco manejado por Sherlock mediante hilos unos metros por detrás, y él y Moriarty se parten el culo y al final acaban besándose. Y luego está la tercera teoría, que personalmente creo que tiene más probabilidades de ser la correcta. Todas las personas cercanas al edificio estaban compinchadas y cuando él les dio la señal todos se pusieron en marcha. Sherlock se tiró sobre una colchoneta que retiraron enseguida. Luego arrojaron el cadáver de un hombre casi idéntico a Sherlock (el hombre que Moriarty utilizó para secuestrar a los dos niños, lo cual explicaría por qué la niña se puso a gritar al ver a Sherlock) y Sherlock ocupa su lugar en el suelo. Y por último utiliza una pelota de squash para detenerse el pulso momentáneamente. Es verdad que lo de la colchoneta y la pelota de squash chirría un poco pero sigue siendo la mejor de las tres.
Bien, ahora hablemos de la temporada. El primer capítulo, “El coche fúnebre vacío”, adapta, como no podía ser de otra forma, “El caso de la casa deshabitada”, el relato del regreso de Sherlock Holmes. Tras su “muerte” se descubrió que era inocente y que todo fue obra de Moriarty, y aquellos que se apresuraron a señalarle y que enseguida aceptaron su culpabilidad, ahora se arrepienten. Así, algunas de estas personas están convencidas de que en realidad está vivo y crean el grupo “El coche fúnebre vacío”, en el que exponen las teorías más enrevesadas sobre cómo pudo haberlo hecho.
En estos dos años Sherlock ha estado ocupado desmantelando la red de Moriarty por todo el mundo y cuando lo encontramos está siendo “interrogado” por unos soldados en algún lugar de Serbia, algo que parece ocurrir porque Sherlock lo permite (es la forma que tiene de divertirse). Entonces aparece su hermano, que le dice que va a producirse un inminente atentado en Londres y le conmina a dejarse de juegos y a regresar a Londres, y de esta forma Sherlock vuevle a la vida pública, por todo lo alto. Sherlock quiere volver a juntarse con John, como antes (lo que pasa es que echa de menos a su amigo), pero no sabe cómo se tomará el que le hiciera creer que estaba muerto.
Watson tiene una pequeña consulta, va a casarse con una mujer llamada Mary y se ha dejado bigote. John le pide matrimonio en un restaurante y Sherlock se presenta allí disfrazado de camarero, y como era de esperar John se cabrea un montón y acaba partiéndole la cara, varias veces además (unas escenas divertidísimas), y no quiere saber nada de él. Pero cuando John es secuestrado y corre peligro de muerte Sherlock aparece justo a tiempo de salvarle la vida, y después de esto ya vuelven a hablarse. Joh lo ayuda con el caso de terrorismo aunque sigue habiendo cierta tensión entre ellos, pero Sherlock consigue que lo perdone haciéndole creer que están a punto de morir. John se cabrea con él, pero acepta que Sherlock es así y al final acaban volviendo a trabajar juntos.
El segundo capítulo, “El síntoma de ser tres”, se basa supuestamente en “El signo de los cuatro”, aunque a mí no me lo ha parecido. Lo único que me lo recuerda vagamente es el caso del guardia real ensangrentado, un guardia apuñalado mortalmente en un lugar cerrado por dentro y al abrirlo no encuentran rastro del asesino. El capítulo transcurre durante el banquete de la boda de John y Mary. Sherlock es el padrino y el discruso que da es muy racional y lógico, pero sorprendentemente consigue emocionar a todos los invitados, y como anécdota graciosa les relata el caso del guardia real, caso que no consiguió resolver, pero consigue hacerlo durante el banquete. El capítulo es muy divertido y no tiene desperdicio, sobretodo la despedida de soltero que le organiza Sherlock y el ver a Sherlock borracho. Son unos momentos únicos.
En el último capítulo, “Su último juramento”, conocemos al villano de la temporada, Charles Augustus Magnussen, sacado de “La aventura de Charles Augustus Riverton”, un chantajista que tiene en su poder unas cartas comprometedoras con las que chantajea a lady Elisabeth Smallwood, y esta contrata a Sherlock Holmes para que las recupere. Parecía imposible que hubiera un villano que pudiera hacerle sombra a Moriarty, pero Magnussen consigue que te olvides de él. Es un tipo de lo más grimoso (en cierto momento le lame la cara a lady Elisabeth y luego, cuando se presenta en Baker Street se mea en la chimenea de Sherlock) y resulta ser un más que digno rival de Sherlock Holmes. Al igual que S. H. lo sabe todo sobre ti solo con echarte un vistazo, Magnussen hace lo mismo pero con tus puntos débiles, y como Sherlock, también tiene su propio palacio mental.
Este último capítulo es impresionante y el final de temporada te deja con el corazón en un puño, al igual que el anterior. Lo malo de esto es que te echas dos años esperando por la temporada, te la ves enseguida y luego tienes que esperar otros dos años, y eso no mola nada. Ahora espero que no pase como con esta, que haya que esperar dos años para que nos expliquen cómo es posible este final de temporada y que luego se rían de nosotros y no nos lo digan.
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