Como dije hace un tiempo, me encantan las
matemáticas y disfruto mucho con las series y películas en las que
salen. Yo no soy mucho de ver películas españolas, pero esta la vi
hace años y me encantó. El argumento gira en torno a la Conjetura
de Goldbach, uno de los grandes problemas matemáticos que tras más
de dos siglos sigue sin resolverse. La Conjetura de Goldbach dice que
todo número entero par es el resultado de sumar dos números primos
(20=13+7, 50=37+13, etc), pero hay que demostrarlo para todos los
números, y como hay infinitos pues es un problema, hay que
desarrollar una fórmula que los abarque a todos (actualmente hay un
matemático que ha demostrado la Conjetura para los primeros 400
millones de números, pero aún así algunos matemáticos siguen sin
estar convencidos, creen que puede haber un número tras esos 400
millones que no cumpla la condición; así de tiquismiquis son los
matemáticos).
Alejo Sauras interpreta a uno de los
protagonistas, un joven genio matemático que ha resuelto la
Conjetura de Goldbach, pero antes de poder hacer pública su
demostración alguien pone su habitación patas arriba y se la roba.
Luego hay un salto de cuatro meses y vamos
conociendo a los demás protagonistas. Un hombre de edad madura,
matemático, interpretado por Lluis Homar, juega al ajedrez con un
amigo suyo, psiquiatra, y le confiesa que recientemente intentó
suicidarse. El hombre parece haber pasado por una fuerte depresión y
su amigo le aconseja que tiene que salir de casa y buscar algún
entretenimiento para distraerse, que no puede seguir así. El
matemático le habla entonces de un acertijo numérico que alguien le
ha enviado por correo y que ha despertado su interés; si envía la
respuesta correcta dentro de la fecha límite se le convocará a un
determinado lugar en una fecha acordada, donde pasará un fin de
semana con algunas de las mentes matemáticas más brillantes.
En dicho lugar coincide con otras tres personas:
Alejo Sauras, obviamente; un inventor de poco éxito interpretado por
Santi Millán y una chica encarnada por Helena Ballesteros, y cada
uno lleva una tarjeta identificativa con el nombre de un matemático
famoso ante el que responden. Así, Alejo Sauras es Galois, Santi
Millán es Pascal, Lluis Homar es Hilbert y Helena Ballesteros es
Oliva.
Utilizando una PDA los cuatro llegan a su
verdadero destino y pocos minutos después hace acto de presencia su
anfitrión, Fermat, interpretado por Federico Luppi. Antes de
comenzar los juegos organiza una cena para todos, para ir
conociéndose mejor, pero justo al acabar recibe una llamada de
teléfono, procedente del hospital en el que está ingresada su hija
y tiene que abandonarlos, antes el desconcierto de sus invitados.
Poco después en la PDA empiezan a recibir una serie de acertijos
matemáticos que deben resolver en un tiempo determinado, en caso
contrario la habitación en la que se encuentran irá encogiendo poco
a poco hasta aplastarlos.
Al principio no se lo creen pero no tardan en
descubrir que es verdad. Una vez transcurrido el tiempo estipulado
para cada respuesta las paredes empiezan a moverse centímetro a
centímetro, y se detienen cuando escriben la respuesta correcta en
la PDA, pero apenas tienen tiempo para descansar porque enseguida
reciben el siguiente enigma. Los cuatro descubren que están
encerrados y que no hay forma de detener el avance de las paredes
(son movidas por unas planchas hidráulicas), así que no les queda
más remedio que ir resolviendo los acertijos, mientras tratan de
averiguar quién les está haciendo esto y por qué los ha elegido a
ellos precisamente y si existe alguna forma de salir con vida de
allí. Al principio pensaron que era una venganza de Fermat, porque
resulta que Pascal fue el que atropelló a su hija y luego se dio a
la fuga, pero queda descartado cuando encuentran en la chaqueta de
este una invitación como la de ellos, lo cual significa que no era
su anfitrión, sino que alguien quiso hacerles creer que sí lo era,
en un plan perfectamente orquestado.
La película es muy buena y la parte de las
matemáticas mola un montón, seguro que si has jugado a los
videojuegos del Profesor Layton algunos de estos problemas
matemáticos te sonarán bastante, pero lo que es la intriga no se
queda atrás. A mí me recordó mucho a los clásicos de Agatha
Christie, con los protagonistas haciendo un ejercicio de deducción
sobre quién está detrás y por qué, y luego saliendo a la luz los
secretos de cada uno, algunos de los cuales, por cierto, es bastante
fuerte. Y al final el asesino es quien menos te imaginas. En resumen,
una muy buena película de intriga. ¿Quién imaginaría que las
matemáticas darían para esto?
No sabía que Luis Piedrahita era director. Eso me ha pillado por sorpresa.
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Yo también me sorprendí en su día, porque es más conocido por su faceta de monologuista y por hacer sus trucos de magia en El Hormiguero, pero lo cierto es que el hombre es guionista, y no se le da mal, la verdad.
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