Sidney descubre
que ha perdido los últimos dos años de su vida y no recuerda nada de lo que
hizo ni dónde estuvo. Tras su enfrentamiento con la falsa Francie, Sidney fue
dada por muerta. Vaughn quedó destrozado y abandonó la Agencia. Se hizo
profesor, salió del pozo en el que se encontraba y siguió adelante con su vida,
casándose. Dixon es ahora el director de la división, su padre lleva un año
encarcelado por Seguridad Nacional acusado de traición, porque se alió con
Irina para dar con ella y a Sloane lo indultaron tras su “muerte”.
Al activar la
Máquina de Rambaldi ésta solo le dio una palabra: “Paz”, así que Sloane decidió
hacer borrón y cuenta nueva y convertirse en una mejor persona y en este tiempo
ha ayudado a la CIA a acabar con diversas células terroristas, ha realizado
infinidad de obras de beneficencia y actualmente ejerce de asesor externo de la
CIA. Esto a Sidney no le entra en la cabeza y de hecho sospecha que Sloane ha
podido tener algo que ver con su desaparición.
Así que Sidney
regresa a la CIA para averiguar lo que hizo en esos dos años y consigue que
liberen a su padre y lo readmitan en la CIA. Éste le rebela que sabía que no
estaba muerta y le muestra una prueba que está en su poder y que nadie más ha
visto: un video en el que sale ella asesinando a un diplomático ruso a sangre
fría. Los dos juntos se ponen a investigar por su cuenta la identidad del diplomático
y por qué alguien lo querría ver muerto, al mismo tiempo que se aseguran de que
el video no salga a la luz ni que nadie descubre la implicación de Sidney en su
muerte.
Al regresar
Sidney a la CIA, Vaughn también vuelve a la Agencia, lo cual crea un ambiente
bastante tenso e incómodo, no solo por él, sino porque el enlace con Seguridad
Nacional, Lauren Reed, resulta que es su esposa. Y por si no fuera poco, Lauren
es la encargada de investigar el asesinato del diplomático.
Por otro lado,
la CIA trata de acabar con una organización criminal formada por ex agentes del
KGB llamada “El Pacto”, que al igual que el SD-6 anda tras los inventos de
Rambaldi y parecen estar relacionados con la desaparición de Sidney.
Lauren Reed, la señora esposa de Vaughn |
Como no podía
ser de otra forma esta 3ª temporada es alucinante. Los dos años borrados de la
vida de Sidney fue toda una sorpresa al final de la 2ª temporada y lo que vas
descubriendo en esta 3ª temporada es para volverse loco, como en una buena
novela policiaca. Es hacia la mitad de la temporada cuando descubres lo que
hizo Sidney en esos dos años y lo cierto es que es una pasada. Te deja con el
corazón a mil por hora. Este J. J. es la
leche. También en la mitad de la temporada descubres el gran secreto de uno de
los personajes principales y esta revelación te deja con la boca abierta. Claro
que la serie acabó hace 10 años y algunas de estas cosas yo ya las sabía, pero aun
así impresiona igualmente.
Luego está lo
de Sloane, que me parece increíble que le perdonaran todo lo que hizo. Que ahora
vaya de bueno, con sus obras benéficas y su filantropía no hay quien se lo
trague. A mí me pasa como a Sidney, es verlo y me entran unas ganas locas de
matarlo. Para muestra, lo que le hace a su propia hija. Qué cabrón. Que por
cierto es otra de las sorpresas de la temporada, Nadia Santos.
Vamos, que es
otra temporada repleta de acción y giros sorpresas con la que es imposible
aburrirse. Espero ponerme pronto con la 4ª temporada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario