“American Gods”
es una novela de Neil Gaiman del año 2001 que ganó los prestigiosos premios
Hugo, Nébula, Locus y Bram Stoker y está considerada como uno de los grandes
referentes del género fantástico. Del autor me he leído “Stardust”, obra a
medio camino entre la novela y la novela gráfica que no me gustó mucho porque
la encontré algo lenta; la versión en cómic de “Coraline”, los cómics de
“Sandman” y “Los hijos de Anansi”, libro relacionado con “American Gods” pues
el tal Anansi es uno de los personajes principales de dicho libro, aunque según
Gaiman se le ocurrió antes “Los hijos de Anansi” que “American Gods”, pese a
que lo escribió después.
Cuando salió la
edición especial del 10º aniversario no lo dudé y me hice con un ejemplar,
aunque tenía (y tengo) tantos libros
pendientes amontonados en mis estanterías que no sabía cuándo le llegaría el
turno. Dio la casualidad de que unos colegas pusieron en marcha una lectura
conjunta del libro, y no dudé en apuntarme ya que era la oportunidad perfecta
para leerlo de una vez.
“American Gods”
es uno de esos libros que para saber de qué va tienes que leértelo, porque en
la contraportada solo trae críticas maravillosas del libro (al menos en le
edición de bolsillo), o puedes entrar en la Wikipedia pero corres el riesgo de
que te destripen la historia.
Sombra queda en
libertad tras tres años en prisión y un extraño personaje llamada sr Wednesday
se acerca a él para ofrecerle un trabajo con el que ganará un montón de dinero.
El trabajo consiste básicamente en hacerle de chófer y llevarle adonde él le
diga y si se da el caso en protegerlo de ciertos individuos que posiblemente
querrán matarle. Sombra acaba aceptando, pues los planes que tenía una vez
saliera de la cárcel han caído en saco roto, y no tarda en descubrir que el sr
Wednesday no es un hombre corriente ni tampoco las personas con las que se
reúne. Porque Wednesday es en realidad el dios Odín y está tratando de
convencer a los otros dioses del Antiguo Mundo para que se unan a él y vayan a
la batalla contra los dioses de las nuevas tecnologías (internet, telefonía,
etc) que son los que ostentan el poder en Norteamérica, ya que por su culpa la
gentes está dejando de creer en ellos y sin esa fe todos desaparecerán.
A los otros
participantes de la lectura conjunta el libro no les acabó de gustar, lo
encontraron raro, y es algo comprensible. Si empiezas a leer un libro sin saber
de qué va, creyendo que es un libro normal como cualquier otro y de pronto te
encuentras con dioses paganos que van a la guerra, gente muerta que resucita
sin saber muy bien cómo, armas divinas y que encima el protagonista lejos de alucinar
se lo toma con bastante tranquilidad, lo lógico es quedarse un poco
descolocado. Pero a mí sí me gustó. Gaiman suele escribir sobre este tipo de
cosas, así que no me extrañó nada encontrarme con todo esto. Eric Kripke, el
creador de la serie “Sobrenatural”, se basó un poco en este libro y en “Sandman”
para su serie, así que supongo que esta es una razón de que me gustara tanto.
¿Dioses que van a la guerra? Eso mola.
El libro se lee
fácil y mezcla varios géneros que lo convierten en una lectura muy amena:
fantasía, misterio, un poco de humor negro… y además hay un giro en el tramo
final que es toda una sorpresa. Si bien la trama tiene un final cerrado, las
cosas quedan un poco en el aire para el protagonista y uno se pregunta qué hará
con su vida de aquí en adelante. Pero por lo que sé existe una continuación en
forma de novela corta, aunque no creo que sea fácil de conseguir por estos
lares.
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