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jueves, 3 de mayo de 2018

Las luces de septiembre, de Carlos Ruíz Zafón

1937.
Simone Sauvelle, tras quedar viuda, se traslada con su hija Irene, de 15 años, y su hijo Dorian de 10 a un pequeño pueblo de la costa de Normandía llamado Bahía Azul, donde ha conseguido trabajo como ama de llaves en la mansión Cravenmoore, propiedad de Lazarus Jann, inventor y fabricante de extraños juguetes autómatas. Allí conocen a una joven llamada Hannah, que ejerce de cocinera y doncella y enseguida se hace amiga de Irene.
Hannah le presenta a su primo Ismael, un joven pescador apasionado por la navegación, y ambos se enamoran. Pero la relación de los dos jóvenes se verá amenazada por la aparición de una sombra terrible e imposible de detener, que regresa del pasado para llevar a cabo su venganza contra Lazarus Jann.

Esta fue la primera novela juvenil que leí de Carlos Ruíz Zafón y ya entonces quedé maravillado con su prosa y su facilidad para fusionar géneros como el misterio, el romance y el fantástico de forma natural, sin que chirriara nada. El libro está genial y resulta imposible parar de leer. Es muy recomendable.

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