El pueblo de Wall está separado del reino mágico de Fairie por un muro, en el que siempre hay dos hombres de guardia para asegurarse de que nadie cruza al otro lado. Esta prohibición se suspende una vez cada nueve años, cuando se celebra una feria al otro lado del muro, en la que seres mágicos y humanos pueden relacionarse entre sí. Una noche, una estrella cae del cielo y el joven Tristran Thorn decide partir en su busca y traérsela a la mujer que ama, para conseguir así su mano.
Pero Tristran no es el único que va tras la estrella. Una poderosa bruja quiere a la estrella para arrancarle el corazón, pues este le otorgará juventud eterna, y los tres últimos hijos vivos del señor de Stormhold (Primus, Tertius y Septimus) también la buscan ya que el que la encuentre se convertirá en el nuevo señor de Stormhold.
Esto fue lo primero que leí de Neil Gaiman y debo confesar que no acabó de gustarme. Se me hizo muy lento y supongo que debió ser por el formato, algo extraño para mí, pues no era ni novela ni novela gráfica sino algo intermedio. Sin embargo esta segunda vez ha sido todo lo contrario. Será porque ya sabía lo que me iba a encontrar, pero esta nueva lectura me ha gustado mucho. Me ha llevado un par de días terminarlo y la historia me ha parecido mágica y hermosa.
Esto demuestra mi teoría de que cada libro tiene su momento y si te lo lees antes de ese momento no te va a gustar.
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