Hace casi 10.000 años los robots salvaron a la humanidad del Gran Holocausto y se establecieron en un nuevo planeta al que llamaron Tierra 2, y allí ambos conviven en armonía y han sido declarados iguales por la Constitución. En una fábrica de reciclaje y residuos se produce un hecho excepcional: una máquina ha sido asesinada.
Nedemin 5-13250, el encargado de la fábrica, estaba investigando el robo de componentes para repuestos de robots (la materia prima para la fabricación de robots está escaseando en el planeta) y creía haber descubierto un importante pista que lo conduciría hasta el responsable. Quizá por eso fue asesinado. Zuk-1, un robot con cerebro humano único en su clase, es enviado por sus superiores para que investigue el asunto. Un asunto que carece de toda lógica, pues los robots no pueden matar y el único ser humano de toda la fábrica, una mujer llamada Septiembre, tiene coartada y se encontraba lejos de la escena del crimen cuando se produjo.
Esta historia despertó mi curiosidad en cuanto le eché un vistazo. Vale, es para niños de 12 años, pero es muy interesante y me recordó a los relatos de robots de Isaac Asimov, esa mezcla de ciencia-ficción y novela policiaca que tan bien dominaba. Claro que Asimov está a otro nivel y nadie que se atreva a compararse con él acaba bien librado, pero el librito es entretenido y se lee rápidamente.
Por cierto, este libro guarda relación con una trilogía que el autor escribió a mediados de los 80 y que tuvo mucho éxito, la trilogía de las Tierras (la sinopsis es la misma que la de este libro, un planeta, Tierra 2, en el que conviven humanos y robots en armonía), pero este puede leerse independientemente ya que tiene lugar varias décadas antes del primer libro. Será lo siguiente que me lea de Fabra.
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