“Muere la esperanza” es la
decimoquinta entrega de la serie “Aprendiz de Jedi”,
protagonizada por un joven Obi-Wan Kenobi, y continuación directa
del anterior libro.
Al
final de “Lazos que atan” Qui-Gon y Tahl se declaraban mutuamente
su amor antes de que ella tuviera que acudir a una importante reunión
entre los dos bandos enfrentados del gobierno de Apsolon. Qui-Gon no
tarda en descubrir que tal reunión nunca tuvo lugar, que era una
trampa para secuestrar a Tahl, pero cuando lo hace ya no hay rastro
de ella ni de su secuestrador. Qui-Gon teme que su visión de Tahl
muriendo en sus brazos acabe ocurriendo.
Por
primera vez desde que Obi-Wan es su padawan, ve a su Maestro dominado
por la impaciencia y la preocupación, incapaz de dominar sus
emociones, y ni siquiera él es capaz de serenarlo. Los dos dan con
el rastro del secuestrador, pero éste les lleva mucha ventaja y ha
dejado varias trampas destinadas a los Jedis. Qui-Gon teme encontrar
a Tahl demasiado tarde, y no sabe qué será de él si a ella llega a
pasarle algo.
El
libro es fabuloso. Tenía el corazón en un puño desde el final
abierto del libro anterior, y la verdad es que estaba atacado leyendo
este decimoquinto libro, esperando que Qui-Gon encontrara a Tahl a
tiempo.
Resulta
muy interesante ver a un Jedi tan recto como Qui-Gon Jinn, siempre en
absoluto control de sus emociones, perdiendo el dominio, y me
gustaron mucho los flashbacks de su amistad con Tahl, cómo se
conocieron y todo eso. Al final ocurre lo impensable y es tristísimo.
Se te parte el corazón al pensar en el pobre Qui-Gon. Vale que es
una novela juvenil y tal, pero no puedes evitar que te toque la fibra
sensible.
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