"El trono de fuego" es la segunda entrega de "Las Crónicas de los Kane" y tiene lugar tres meses después del final de "La pirámide roja". Al final de esta los hermanos Kane descubrían que el verdadero enemigo era la terrible serpiente Apofis, que estaba manipulando a Set, sin este saberlo, para que extendiera el caos por el mundo y así debilitar la prisión que la mantiene encerrada desde hace milenios. Carter y Sadie descubrieron su plan a tiempo, hicieron un inesperado trato con el dios Set y frustraron los planes de Apofis.
Pero solo han postergado lo inevitable. Cada día que pasa la prisión de Apofis va debilitándose cada vez más y en cuestión de cinco días Apofis será finalmente libre y devorará el sol, acabando con toda la existencia. La única posibilidad de impedirlo es encontrar al dios Ra, el único que puede derrotarlo y el único dios al que Apofis teme. El problema es que nadie sabe dónde está. Ra se exilió hace milenios a algún lugar de la Duat, el mundo mágico donde viven los dioses, y ya entonces estaba débil y senil.
Por ello los hermanos Kane se embarcan en una peligrosa misión: encontrar los tres pergaminos del Libro de Ra, cada uno de los cuales controla un aspecto diferente de la personalidad del dios, y viajar a la Duat para encontrarlo. Leyendo los manuscritos en orden y en determinados lugares de la duat, esperan poder restaurar el poder y la salud de Ra y que pueda salvarlos a todos. En caso contrario, el mundo será destruido.
El libro me ha gustado mucho. Descubrir que Set no era el verdadero enemigo al final del primer libro, sino que había alguien mucho peor, fue todo un golpe de efecto, y me dejó alucinado. Además me encanta cuando dos enemigos se ven obligados a trabajar juntos. Y que el villano sea una serpiente supergigante que amenaza con tragarse el sol, impone bastante.
La búsqueda de Ra y los pergaminos está genial, y me hizo mucha gracia el personaje de Bes, un dios con el poder de la fealdad (si grita ¡buu!, literalmente sus enemigos se mueren de miedo, y su uniforme de combate es únicamente unos slips). Pero hay otras cosas que no me gustaron tanto, como el triángulo amoroso entre Sadie, Walt y Anubis (convertir a Anubis en una especie de Edward Cullen es para que Riordan se lo haga mirar) y lo de que los dioses de los que nadie se acuerda acaben sus días en un geriátrico divino en la Duat me parece un poco ridículo. Pero esta es una novela juvenil y hay que aguantar este tipo de cosas. Por lo demás el libro está genial, tiene un ritmo ágil y engancha desde el principio. Muy recomendable para fans de Rick Riordan.
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