Massimo Manfredi aplica la regla número uno de la
escritura, que es escribir sobre lo que conoces. Él es profesor de
arqueología e historia clásica, así que escribe novelas sobre el
Imperio Romano y otras civilizaciones ya desaparecidas, pero
sobretodo de romanos, y es el mejor en su género. A mí estos libros
no me van mucho pero en una ocasión me regalaron uno suyo por mi
cumpleaños y me lo leí porque creo que es de mala educación que te
regalen un libro y que no te lo leas. Se trataba de “El imperio de
los dragones” e iba de unos soldados romanos que llegaban hasta
China, y lo cierto es que me gustó bastante. Luego también me leí
“La última legión”, del que hicieron película. Este me lo
regalaron, claro que se trata de una edición no venal, es decir, que
no lo puedes comprar, sino que te lo regalan al comprar unos libros,
como forma de promoción.
“El caballero invisible” es una novela corta
de menos de 100 páginas que transcurre en España en plena Edad
Media, cuando ésta se encuentra bajo asedio de los moros. Los
caballeros cristianos más valientes de toda Europa acuden a la
llamada del Rey Alfonso para defenderla de los infieles, entre ellos
el señor de Roquebrune, uno de los más famosos de Francia, que va
acompañado por su fiel criado. En su camino se cruza Antonius Bosch,
un caballero templario que le encarga una importante misión, cargar
con un misterioso paquete a lo largo de 1500 leguas y depositarlo en
las manos del arzobispo Esteban José de Ururoa.
Roquebrune y su criado tendrán que afrontar
innumerables peligros para llevar a cabo su misión.
Esta novelita corta me ha gustado mucho. Son menos
de 100 páginas que se leen enseguida y utiliza un lenguaje muy
similar al de la época, y esto mola porque hace que te creas que
estás realmente en la Edad Media. Además la historia guarda
relación con el Camino de Santiago, y como soy gallego eso me atrae.
Una última cosa. Al final se nos revela la identidad del criado, que
es el narrador de la historia, pero si te pasa como a mí la primera
vez que lo leí, no te sonará el nombre. Esta vez me dio por
buscarlo en la Wikipedia, y resulta que Bernart de Ventadorn fue un
personaje real, un trovador muy importante en su época.
Supuestamente con esta aventura se inspiró para toda su obra, y eso
mola.
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