Tras la muerte
de Gus, Walter y Jesse ofrecen a Mike asociarse y seguir con el negocio y éste
acepta, pero hay que pagar un soborno a los socios de Gus que están en la
cárcel para que no hablen, y el dinero se va en nada. La DEA desmantela la
organización de Gus y descubre que tenía un socio alemán, pero éste se suicida
antes de que vayan a por él. Cuando la DEA va a por Mike éste decide largarse y
vender su parte del negocio a un traficante rival de Walter de otro estado
llamado Declan y Jesse también lo deja. Walter se niega a vender su parte y de
hecho quiere levantar su propio imperio ya que es lo único que le queda.
Declan les
pagará 5 millones por todo el lote, 5000 kilos de metanfetamina, y como Walter
no quiere entrar en razón Mike le encierra hasta que tenga lugar la entrega,
pero Walter se escapa y se lleva toda la meta y les propone un nuevo plan.
Walter le ofrece a Declan convertirse en su distribuidor en vez de fabricar
toda la meta a cambio del 35% de los beneficios y que les dé 5 millones a cada
uno. Jesse deja el negocio de todas formas, algo que cabrea un montón a Walter.
Mike se niega a darle a Walter los nombres de los socios de Gus que están en la
cárcel y en un arrebato Walter lo mata.
Gus tenía una
socia llamada Lydia que le suministraba la metilamina y que le ayudaba a
distribuir la meta, con la que los tres se habían asociado. Ella le da los
nombres a Walter y éste consigue cargárselos simultáneamente (estaban en
diferentes cárceles). Walter se asocia con ella y le abre el mercado de la
República Checa, y en los meses siguientes llega a ganar decenas de millones de
dólares.
Hank descubre
que Walter es Heisenberg y tienen un duro enfrentamiento en el que acaban a
hostia limpia. Jesse sufre un ataque de conciencia después de queTodd se
cargara a aquel chaval y le da por repartir su dinero por la calle. Descubre
que fue Walter el que envenenó a Brock y se vuelve loco. Va a su casa para
matarlo y al no encontrarle decide quemarle la casa, pero entonces aparece
Hank, que lo convence de que deje el bidón y lo ayude a llevar a Walter ante
las justicia, y Jesse se lo cuenta todo. Él y Hank le tienden una trampa para
que los lleve hasta el dinero, que enterró en el desierto, haciéndole creer que
Jesse lo ha quemado todo, y allí Hank le pone finalmente las esposas, pero
entonces aparecen Todd, su tío y los demás tipos que trabajaban para Walter y
se lían a tiros, matando a los de la DEA y al propio Hank. Como colofón se
llevantodo el dinero de Walter dejándole solamente 12 millones y le sugieren
que deje las cosas como están y no busque ninguna venganza, porque quien lo
pagaría entonces sería su familia.
Todo lo de
Walter sale a la luz y su familia queda destrozada y él se ve obligado a huír y
a esconderse en una cabaña durante los siguientes meses. Pero Walter acaba por
hartarse de su actual situación y decide entregarse. Llama a la policía desde
un bar y allí espera a que aparezcan, pero entonces ve por televisión a sus
antiguos socios que él en realidad aportó muy poco a su empresa y se cabrea
tanto que planta a la policía y decide vengarse de todos aquellos que lo han
jodido.
No hay palabras
para describir lo realmente alucinante que es esta última temporada de Breaking
Bad. La serie no ha hecho más que ir in
crescendo con cada temporada, cada
una es cien veces mejor que la anterior, y esta 5ª temporada es la culminación
de la gran obra maestra televisiva que es esta serie. Esta 5ª temporada se
dividió en dos partes para alargarla lo máximo posible, emitiéndose los
primeros 8 capítulos en 2012 y los otros 8 en 2013, pero yo no tuve que esperar
un año para conocer el desenlace porque me animé a verla cuando ya iba por los
últimos capítulos y me la vi toda el año pasado.
Uno tiene que
rendirse ante los dos grandísimos actores protagonistas. Bryan Cranston
demuestra con creces ser un actor de increíble talento y sorprende que
antes de Breaking Bad solo hiciera comedia.
Y qué decir de Aaron Paul, cuyo personaje da tal giro dramático en esta
temporada que te sorprende y emociona.
Walter White ha
hecho cosas terribles para llegar a ser el mejor en lo suyo, cosas que lo han
convertido en un auténtico monstruo, pero cuando lo pierde todo no puedes evitar
sentir cierta lástima por él. En fin, es como si todo lo que hizo no hubiera
servida para nada. Dado el camino que optó por seguir estaba claro que no podía
salir bien parado, pero no habría podido haber un final más digno para él. Existen
pocas series cuyo final esté a la altura de la trayectoria de la serie, hay
muchos decepcionante y poco satisfactorios, pero el de Breaking Bad es sin duda
uno de ellos. Una joya televisiva que tardaremos mucho tiempo en olvidar.
Querido Heisenberg,
siempre recordaremos tu nombre.
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