Este libro está
formado por tres historias de la serie “Pesadillas” de R. L. Stine.
En “Visita aterradora”
Hanna conoce a su nuevo vecino, un chico llamado Danny, pero pronto empieza a
pensar que algo extraño pasa con él. De entrada su familia se mudó a la casa de
al lado en plena noche, sin que nadie se enterara. Además Danny le ha dicho que
va al mismo curos que ella, en el mismo
colegio, pero ni él conoce a las amigas de ella ni ella conoce a los
amigos de él, y cuando va a verle su madre ni la oye ni la ve. Todo esto hace
pensar a Hanna que Danny es en realidad un fantasma.
En “Melodía
siniestra” Jerry y su familia se han mudado a una nueva casa y en el ático
encuentra un viejo piano. Su padre lo apunta a clases de piano con un extraño
profesor que parece obsesionado con sus manos y por las noches escucha cómo
alguien toca el piano. Allí no hay nadie y empieza a creer que se trata de un
fantasma, pero sus padres no lo creen y piensan que se trata de una de sus
bromas.
Y en “La
repugnante cara del terror” tenemos a Courtney, una niña que es la alumna
preferida de todos sus profesores, que siempre parece saberlo todo y además es
muy popular. Eddie y su amigo Hat la odian porque siempre los está dejando en
ridículo, sobretodo a Eddie, así que deciden gastarle una broma para asustarla
y ponerla en su sitio, pero cada intento acaba en fracaso porque parece que
Courtney no le tiene miedo a nada. Hasta que descubren que Courtney cree que
los monstruos existen realmente…
Estas tres
historias se corresponden a los números 11, 13 y 14 de la serie “Pesadillas” de
R. L. Stine y fueron adaptadas en la serie de televisión de los 90. Cada una
tiene unas 130-140 páginas y pueden leerse prácticamente del tirón, ya que son
novelitas para niños la prosa es muy simple y los capítulos son cortos. Las
historias las recuerdo bien porque volví a verme la serie de televisión entre
el año pasado y este, así que las tenía frescas en mi memoria. Las dos primeras
me gustaron bastante (“visita aterradora” contiene una revelación sorpresa
hacia el final, o lo sería si no me hubiera visto la adaptación televisiva, y
“Melodía siniestra” cambia un poco el final si la comparamos con su adaptación),
ambas tratan sobre fantasmas y este es un tema muy interesante si el autor sabe
llevarlo bien. La tercera no tanto, porque los niños protagonistas están todo
el tiempo ideando maneras de asustar a Courtney y todas acaban fracasando
estrepitosamente, porque a la niña no la asusta nada, ni serpientes, ni tarántulas
ni perros rabiosos, y todos estos planes solo sirven para rellenar páginas y
más páginas. De hecho en mi opinión le sobran la mitad de las páginas, pero es
lo que hay. De todas formas espero seguir leyendo todos los libros de “Pesadillas”
que caigan en mis manos.
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