Una ucronía es
un género literario en el que se coge un hecho histórico del pasado y se cambia
creando una línea temporal alternativa (EEUU ganó la guerra de Vietnam, Kennedy
no fue asesinado, EEUU no se independizó de Inglaterra, etc) Este momento en el
que se produce el cambio a una línea temporal alternativa se conoce como “punto
Jonbar” en honor al protagonista de un relato de Jack Williamson de 1930
llamado así, John Barr, que crea un universo al escoger un guijarro y crea otro
diferente si escoge un imán.
Bien, pues esto
es lo que tenemos en esta novela de James Herbert. Nos encontramos en Londres
en 1948. La 2ª Guerra Mundial acabó hace 3 años pero los aliados fueron
derrotados en el último momento cuando los nazis lanzaron un arma biológica
sobre Inglaterra denominada Muerte Sanguínea, que coagula la sangre en las
venas, paraliza los órganos, los dedos se gangrenan y ojos y oídos sangran
hasta que sobreviene la muerte, y los únicos que son inmunes son los que tienen
sangre tipo AB negativo.
Londres es una
ciudad en ruinas donde muchos de sus edificios han sido reducidos a escombros debido
al bombardeo alemán y los coches han sido abandonados en plena calle, y apenas
queda gente a causa del alto índice de mortalidad de la Muerte Sanguínea.
El protagonista
es un piloto estadounidense llamado Hoke, inmune a la plaga, que lleva desde el
final de la guerra sobreviviendo como buenamente puede, con la única compañía
de un perro callejero llamado Cagney. Pero buscar alimento y refugio no es lo
único que ocupa el tiempo de Hoke, pues también debe eludir a un grupo de
fascistas ingleses que reciben el nombre de Camisas Negras, todos ellos
infectados con la Muerte Sanguínea, cuyo líder, un hombre llamado Hubble,
quiere capturarle para sacarle toda la sangre, pues en su retorcida mente cree
que si se hace una transfusión con ella se curará.
Hace un par de
años o tres que tengo parados en casa cuatro libros de James Herbert (éste,
Sepulcro, La casa de campo mágica y Entre los muros de Crickley Hall) así que
decidí leerlos ahora consecutivamente para tacharlos de una vez de mi lista de
libros pendientes (el de Crickley Hall lo dejaré para más adelante) y empecé
por este porque es una de sus obras más célebres. Lo de las ucronías también es
un género que me gusta mucho, me parece muy interesante pensar qué habría
pasado si tal o cual hecho no hubiera sucedido e imaginar las consecuencias
para la línea temporal. La idea de este libro me ha parecido fascinante, es
como una novela postapocalíptica en el pasado, pero no me ha quedado claro si
los nazis ganaron la guerra y ahora dominan el mundo o si Hitler ordenó lanzar
la Muerte Sanguínea como medida desesperada justo antes de suicidarse en su
búnker. A mí me parece que esta última opción es la más probable. Las primeras
100 páginas tienen un ritmo algo lento aunque luego mejora notablemente y el
desenlace es más o menos lo que uno puede esperarse de este tipo de novelas. En
general es bastante satisfactorio y es una de las novelas postapocalípticas más
destacadas del género.
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