Y por fin, con
bastante retraso, la última temporada de Glee.
La serie de
Rachel es un fracaso absoluto y la cancelan y ella tiene que volver a casa con
el rabo entre las piernas. Allí descubre que sus padres se están divorciando y
que encima van a vender la casa, pero Rachel puede quedarse hasta que eso
suceda. Blaine y Kurt rompieron su compromiso, a Blaine lo echaron de la EARNY
y ahora dirige a los Gorriones. El señor Schuester dirige ahora a Vocal
Adrenaline, los eternos rivales del Glee Club (recuerda que la temporada pasada
Sue cerró el Glee Club al no ganar en la final) y Sam es el ayudante de la
entrenadora Beiste.
Santana le pide matrimonio a Britanny y esta acepta. Kurt se opone porque cree que son demasiado jóvenes y no quiere que les pase lo mismo que a él y Blaine, pero ellas siguen adelante igualmente con la boda. Mercedes trata de convencer a Rachel de que se presente a la audición de una nueva obra en Broadway pero ella no se siente preparada tras su fracaso en televisión, aunque al final se presenta y le dan el papel en el musical. Jesse St James, su coprotagonista, trata de convencerla de que acepte volver a Broadway pero ella decide volver a estudiar en la EARNY. Will deja Vocal Adrenaline porque odia su trabajo y porque sus miembros juegan sucio y pasan de todo lo que les dice y vuelve con el Glee Club como consultor externo.
Blaine y Kurt
vuelven juntos el día de la boda de Brittany y Santana y también se casan.
La Academia
Dalton se incendia y Will invita a los Gorriones a unirse al Glee Club, algo a
lo que Sue se opone. El superintendente descubre el cuarto del dolor de Sue y
la despide, así que Sue se pasa al enemigo y se convierte en la nueva
entrenadora de Vocal Adrenaline. Y a todo esto llega la final.
Esta temporada
consta de 13 capítulos en vez de los 22-23 habituales, algo normal cuando se
trata de la última temporada (lo mismo pasó con Fringe, White Collar o Person
of Interest entre otras). Personalmente lo preferí así, de esta forma no hay
tantos capítulos de relleno ni hay que aguantar tanto culebrón. Los números
musicales son muy buenos (Alanis Morrissette, “A thousand miles” de Vanessa
Carlton, “My Sharonna”, Queen, One Republic) y el final me ha gustado. Es verdad
que es un poco como en las películas Disney, que al final todo sale bien para
los protagonistas y todos son amigos y se cogen de la mano y tal, pero para el
tono de la serie es bastante apropiado. Otro final habría sido una decepción.
El último capítulo
empieza con el Glee Club ganando la final (por primera vez en la serie no
presenciamos la competición, sino que entramos justo después, durante la espera
a que digan el nombre del ganador) y luego nos cuentan lo que pasa en los
siguientes años. El Mckinley se convierte en un instituto de artes escénicas y
es un modelo a seguir en los institutos de todo el país y Will Schuester es
nombrado director. Sam es el nuevo director del Glee Club. Mercedes se
convierte en telonera de Beyoncé y 5 años más tarde Su es vicepresidenta de los
Estados Unidos, Rachel gana un Tony a la mejor actriz en un musical y le dedica
el premio al señor Schuester, además está casada con Jesse St James y es la
madre de alquiler del hijo de Blaine y Kurt. En la última escena todos se
reúnen en el auditorio del Mckinley en una ceremonia solemne en la que Sue le
pone el nombre de Finn Hudson al auditorio y luego van apareciendo los
personajes de temporadas anteriores y todos cantan la canción “I Lived” de One
Republic, que queda muy bonito y emotivo.
A mí lo que no
me gustó fue que Rachel acabara casándose con Jesse después de lo que le hizo. Creo
que si Corey Monteith no hubiera muerto Rachel habría acabado casándose con
Finn, era lo más lógico. En fin, que la serie ya debió haber acabado mucho
antes, pero ha sido muy entretenida. Lo mejor, los números musicales, a razón
de tres o cuatro por capítulo, lo peor, la parte culebrón.
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