Laurie Montgomery es una joven patóloga forense que trabaja en el Departamento Forense de Manhattan que se encuentra con varios cadáveres muertos aparentemente por sobredosis de cocaína. Todos los fallecidos son profesionales jóvenes y ricos, algo que difiere del habitual perfil de este tipo de muertes. Laurie trata de buscar una explicación, pero los familiares de los fallecidos se niegan a aceptar que estos fueran drogadictos y mediante sus poderosas influencias presionan al jefe de Laurie, que a su vez la amenaza con despedirla si no deja de investigar.
Laurie está convencida de que se utilizó un contaminante letal para adulterar esa partida de droga y no piensa dejar de investigar pese a los obstáculos que le pone su jefe. Por suerte cuenta con la ayuda de Lou Soldano, teniente del Departamento de Homicidios, aunque este no está muy interesado en la muerte de unos cuantos yuppies ricos que parecen tener una explicación aceptable. Lo que le interesa es atrapar a Paul Cerino, uno de los lugartenientes del clan Vaccaro, que controla los negocios ilegales de Queens.
Pero al trabajar tan estrechamente con Laurie no puede evitar sentirse atraído por ella y celoso de su pretendiente, Jordan Scheffield, un cirujano oftalmólogo de gran éxito que no para de insistirle para que salga con él. Pero Lou descubre que Paul Cerino es paciente de Jordan, después de que el clan rival de los Lucia le echara ácido en los ojos...
El libro está genial. Me encantan esos personajes de Robin Cook que tienen que enfrentarse a grandes corporaciones o peces gordos que tratan de impedir que descubran la verdad y Laurie Montgomery es cabezona como ella sola y no se deja intimidar por nadie, una tía dura, y eso me encanta. En "Cromosoma 6" ya nos contaban por encima lo que le había pasado a Laurie en este libro, pero no es lo mismo que te lo cuenten a ir descubriéndolo tú de primera mano. El libro es muy bueno y lo recomiendo.
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