Esta es la sexta entrega de la serie de John Carter y en esta ocasión Burroughs nos presenta al personaje de Ulysses Paxton, capitán del ejército americano durante la Primera Guerra Mundial, que al igual que John Carter, se ve misteriosamente trasladado al planeta rojo. Allí es encontrado por Ras Thavas, un científico marciano que se considera a sí mismo como el cerebro supremo de Marte, que lo toma como su ayudante después de que Paxton le salve la vida. Ras Thavas ha perfeccionado un método que le permite devolver la vida a los cadáveres que han sido previamente embalsamados siguiendo un método de su invención, y también se dedica a trasplantar cerebros de un cuerpo a otro. De esta forma Paxton conoce a Xaxa, la despótica jeddara de la ciudad de Fundal, que intercambia su cuerpo viejo y decrépito con el de la bella valla Dia.
Paxton se enamora de ella (no de su cuerpo de vieja sino de su personalidad y carácter) y le jura que no descansará hasta devolverle su cuerpo y su libertad. Así, se rodea de un grupo de aliados rescatados de las cavernas de Ras Thavas (un mono blanco con medio cerebro humano, un legendario asesino barsoomniano asesinado años atrás y un soldado que sirvió a las órdenes de Xaxa al que también le arrebataron su cuerpo) y parte con ellos rumbo a Fundal, para traer de vuelta a Xaxa y realizar el intercambio.
Esta 6ª entrega me ha gustado más que la anterior, que me pareció algo lenta. El personaje de Ulysses Paxton me ha parecido muy interesante, tanto como el del propio John Carter, aunque aún le queda un largo camino por recorrer para llegar a la altura del Señor de la Guerra de Marte. Eso sí, la historia es muy loca. Burroughs nos habla de trasplante de cerebros como si fuera lo más normal del mundo (me viene a la cabeza cierto capítulo de Friends). Se nota que la historia es de los años 30, solo en esa época podía surgir algo así.
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