Esta es la tercera y última entrega de la trilogía zombi de Manel Loureiro.
Tras lograr salir con vida del infierno en el que se convirtieron las islas Canarias, nuestros protagonistas acaban situándose en medio de un tsunami, algo para lo que su pequeño yate no está preparado. Por suerte son rescatados en el último momento por un enorme petrolero que pasaba por allí. Sus tripulantes proceden de una comunidad religiosa afincada en el pueblo de Gulfport, Mississippi, uno de los pocos lugares libres de zombis que aún quedan en el mundo, liderados por el reverendo Greene. Ellos partieron de allí para aprovisionarse de petróleo, que escasea, y ahora van de regreso, y les invitan a ir con ellos y unirse a su comunidad.
Nuestros protagonistas enseguida se percatan del tono de fanatismo religioso en las palabras del capitán, sobretodo al referirse al reverendo Greene, como si de un mesías se tratara, lo que les hace sentirse algo inquietos, pero finjen ser creyentes para no levantar sospechas. Pero al conocer en persona al reverendo Greene y ver con sus propios ojos cómo son las cosas en Gulfport, se dan cuenta de que aquel está muy lejos de ser el paraíso soñado.
Greene se cree realmente que ha sido elegido por Dios para salvar a la humanidad, pero esa salvación solo atañe a las personas de raza blanca. Los mexicanos, hispanos y resto de inmigrantes son tratados como gente de segunda, como esclavos, y viven en condiciones infrahumanas. Greene dispone de una guardia personal que mantiene el orden en Gulfport, formada por ex-presidiarios, y de vez en cuando hacen batidas entre los inmigrantes para así tenerlos bajo control.
Nuestros protagonistas no podrán mirar hacia otro lado ante tal abuso de poder e injusticia, y la situación acabará saltando por los aires.
Hace meses que leí el libro pero por una cosa u otra fuí postergando escribir la reseña, (o bien no tenía tiempo o prefería escribir la de otros libros, que eran más fáciles de resumir su sinopsis) pero tenía que hacerlo si o sí así que aquí está. Sobra decir que me ha encantado. La novela es el broche de oro a una de las mejores trilogías zombis que he leído en mucho tiempo. La segunda terminaba con un cliffhunger que nos dejaba con el corazón en un puño y yo no podía esperar a saber cómo continuaba. De ahí el autor nos introduce en una trama genial, donde nos presenta a un auténtico cabronazo, el reverendo Greene, que no podría estar más jodido de la cabeza (y su mano derecha no lo es menos, qué par). La novela es fantástica, está muy bien escrita y engancha desde el principio. Ademas en el clímax final se producen varios golpes de efecto, incluyendo unas muertes inesperadas que te sacuden por dentro. Es una gozada, vamos, te revienta la cabeza. Personalmente me ha parecido una buen final para la trilogía, aunque entre el final y el epílogo bien podría haber otro libro. En definitiva es una gran trilogía, recomendable al 100%.
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