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jueves, 21 de noviembre de 2019

La marca de Atenea, de Rick Riordan

"La marca de Atenea" es la tercera entrega de la saga "Los héroes del Olimpo", en la que por fin se produce el esperado encuentro de los siete semidioses de la profecía de los Siete. Leo Valdes, Jason Grace, Piper McLean y Annabeth Chase llegan a bordo del Argos II al Campamento Júpiter y allí se reúnen con Percy Jackson, que ha recuperado la memoria, y les presenta a sus amigos, Hazel Levesque y Frank Whang, pero no todos los romanos los reciben con los brazos abiertos. Son milenios de enemistad los que hay entre semidioses griegos y romanos, y algunos los reciben con hostilidad, como el augur Octavio, que cree que son una avanzadilla del campamento griego y que están a punto de invadirlos. La pretora Reyna tiene que recurrir a toda su diplomacia para calmar el ambiente e invita a los amigos de Percy a explorar el Campamento Júpiter. Leo se queda a bordo del Argos II, mientras Jason le hace un tour a Piper por el campamento y Reyna habla a solas con Annabeth.

Todo parece ir bien hasta que de pronto Leo es poseído por unos eidolones, espíritus del aire enviados por Gaia, y dispara unos misiles al Campamento Júpiter. Los romanos lo toman por un acto de guerra y responden en igual medida, y nuestros héroes se ven obligados a huir del campamento para salvar la vida. Más tarde, cuando ya se encuentran a salvo y descubren que Leo estaba poseído, algunos de ellos proponen regresar al campamento y explicarle a Reyna lo sucedido, que tiene que creerles, pero la opinión de la mayoría es que hacerlo sin ninguna prueba que lo demuestre sería un suicidio. De todas formas el conflicto con los romanos tendrá que esperar, pues los siete tienen que llevar a cabo una importante misión.

Más concretamente Annabeth. Su madre, la diosa Atenea, le ha encargado que siga la marca de Atenea, algo que solo un hijo de la diosa puede hacer. La marca de Atenea se refiere  a la Atenea Partenos, la estatua más famosa de la ciudad de Atenas, una estatua de 12 metros de altura de la diosa que fue robada por los romanos hace milenios. Esto causó el cisma entre griegos y romanos y si la encuentran podrán poner punto final al conflicto entre ambos bandos. Además Annabeth cree que la estatua esconde un arma que podría ayudarles a vencer a Gaia. El problema es que desde que desapareció muchos han sido los hijos de Atenea que partieron en su busca, pero ninguno regresó jamás.


Qué ganas tenía de ver el encuentro de los siete semidioses. Y es que siendo el tercer libro de cinco, eso es algo que tenía que pasar ya. Percy y Jason tienen personalidades muy similares, ambos son líderes del grupo y es muy interesante cuando surge la tensión entre ellos, acostumbrados como están a mandar. También me encanta lo que pasa con los dioses. Los semidioses griegos les rezan para que les favorezcan en la batalla y los romanos hacen lo mismo, así que están alternado todo el tiempo entre sus personalidades griega y romana, y esto los está volviendo literalmente locos. Así que no son de mucha utilidad.
El libro está bien pero tiene unas 500 páginas y creo que le sobran muchas de ellas. Los protagonistas siempre están pasando de un peligro a otro, de un enemigo a otro, y no tienen un instante de descanso. Esto también puede resultar agotador, y algunos de estos enemigos tampoco aportan gran cosa a la trama, y bien podrían pasar sin ellos. Pero sin duda lo mejor es el final, un final con cliffhanger que te deja con la boca abierta y unas ganas locas de leer el siguiente libro sin perder un momento.
¡Qué malo es Rick Riordan!

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