“La cura” es la décima y última novela de la serie de Jack Stapleton y Laurie Montgmery. Un científico japonés deserta a Estados Unidos llevándose consigo una importante investigación que revolucionará el campo de la biomedicina. El gobierno de su país contacta con la yakuza para que lo mate y recupere la investigación, y hacen pasar su muerte por natural en el metro de Nueva York, pero no dan con el paradero de su investigación.
La autopsia del científico japonés es el primer caso de Laurie Montgomery tras casi dos años de baja por maternidad y no halla en él nada fuera de lo normal. Laurie teme haber perdido facultades tras tanto tiempo de baja, por eso se empecina en descubrir la causa de la muerte del japonés. Esto son malas noticias para la yakuza y la mafia local, que les ayudó con el asunto, para los que un diagnóstico que no sea muerte natural complicaría las cosas. El capo local trata de sobornar y coaccionar a Laurie para que se olvide del caso (matarla no es una opción pues su predecesor en el cargo lo intentó dos veces y en ambas le salió el tiro por la culata; de hecho está en la cárcel gracias a Laurie), pero al ver que no funciona opta por secuestrar a su hijo.
Esta última novela de la serie es más un thriller al uso que un thriller médico. Quitando las causas de la muerte del japonés y lo de las empresas de biomedicina, la medicina tiene poco que ver con la trama; tiene más peso lo de la mafia y la yakuza y el secuestro del hijo de Laurie y su posterior recuperación.
Me ha gustado, pero hubiera preferido que siguiera la línea de las otras novelas de la serie, que la trama versara sobre alguna enfermedad o epidemia, o la muerte de varios pacientes en extrañas circunstancias. También me habría gustado que la serie siguiera, pero si lo piensas 10 es un número redondo y está bien así. Además los protas van haciéndose mayores. Creo que es una buena novela para finalizar la serie, la cual recomiendo entera.
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