En el día de su boda, William Bradwin
enloquece y mata a su esposa y a su padre y luego se degüella a sí
mismo, al mismo tiempo que se produce un extraño terremoto que hace
retemblar la capilla.
Muy lejos de allí, en el pueblo de
Yorkshire, Inglaterra, tiene lugar una explosión que mata únicamente
a un anciano, el doctor Holley, que llevaba los últimos 20 años de
su vida interno en un asilo para enfermos mentales. El doctor Holley
estuvo trabajando durante años en África y allí fue capturado por
una tribu conocida como los ajimba, que adoraban a Ai-da Wédo, una
de las principales diosas africanas, la Diosa Serpiente, a la que le
ofrecían sacrificios humanos, y lo retuvieron durante semanas. Los
soldados franceses masacraron a los ajimba y cuando encontraron al
doctor, éste se había vuelto loco; atacó a su hijo y creyéndolo
muerto le extrajo dos trozos de su cráneo para hacerse un amuleto de
protección contra la diosa, a la que consideraba muy real. Ha
llevado ese amuleto desde entonces y en el asilo ha alternado buenas
rachas con periodos de demencia. Cuando su hijo iba a visitarlo él
no lo consideraba como tal, ya que estaba convencido de que estaba
muerto y se negaba a hablar con él, así que éste dejó de
presentarse. La directora del asilo y doctora y amiga personal del
doctor Holley decidió quitarle el amuleto, pues creía que empeoraba
su estado, y poco después tuvo lugar la extraña explosión que
acabó de su vida...
Dos años más tarde, el destino de
Jackson, el hijo de Holley, se cruza con el de la familia Bradwin.
Jackson es médico y una ex suya, enfermera de la Cruz Roja, le pide
que atienda a un oficial del ejército, al que ha acogido en su casa.
Estando muy borracho provocó un altercado y Beggs, la ex, sintió
pena por él porque lo vio muy tocado y no solo por la pelea. El
oficial es Champ Bradwin, hermano de William, y estuvo presente en el
fatídico día de la boda. Tras recuperar el conocimiento le cuenta a
Jackson lo que le atormenta: en plena batalla se le apareció su
hermano muerto con la intención de matarlo y lo atacó con su sable,
dejándole una fea herida en la garganta. Su historia es difícil de
creer, pero su cicatriz es muy real, y Jackson decide acompañarlo de
vuelta a la hacienda familiar, en Virginia, ante su evidente estado
trastornado. Una vez allí decide quedarse unos días, hasta que
Champ se recupere y tras conocer a Nhora, la joven viuda del padre de
Champ, ésta le habla de la tragedia que ha caído sobre la familia
desde hace dos años. La masacre de la boda, el extraño avistamiento
de una gran bola de fuego verde al mismo tiempo que tuvo lugar la
masacre y el terremoto y la reciente muerte de la esposa de Champ
tras una larga temporada comportándose como si fuera una persona
totalmente distinta. Jackson y Nhora investigan juntos otros hechos
extraños que ocurren en el pueblo y descubren que entre los negros
de la plantación algunos practican el vudú y que uno de ellos ha
invocado a Ai-da Wédo. Jackson empieza a creer que su padre tenía
razón y que esta diosa es muy real. Es ella quien ha estado
destruyendo a la familia Bradwin, así que él y Nhora tratarán de
descubrir quién es el que la invocó y de detenerla antes de que
cause más daños.
De John Farris me leí hace años
“Demonios”, que me pareció un muy buen libro de terror. Este lo
encontré por casualidad en una librería de mi pueblo de libros de
segunda mano (que por desgracia ya ha cerrado), y como no es un autor
fácil de encontrar no lo dudé y me lo compré. Además 2 euros es
un regalo, vamos.
Aparte de eśte me habré leído un par
de libros más sobre vudú y me parecieron bastante malos (los dos de
Dean Koontz, por cierto), pero “Ajimba” no lo es. Es uno de los
mejores libros de terror que he leído este año y el arranque es
simplemente brutal. Está muy bien escrito y te va metiendo poco a
poco en esta historia de leyendas y supersticiones africanas. Lo
único que no me gusta es que los capítulos son muy largos, de 50-70
páginas, y a mí me fastidia tener que parar en mitad de una página
porque luego no recuerdo por dónde iba y tengo que empezar de nuevo
esa página, pero una vez que te sumerges en la historia te olvidas
de lo largos que puedan ser los capítulos, porque te absorbe por
completo.
El final me pareció algo abrupto y
hubiera preferido que se alargara algunas páginas más, pero en
general me ha gustado.
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