Arthur Machen es un
escritor de terror de finales del siglo XIX y principios del XX cuya
obra influyó a algunos de los más destacados autores del género,
como Lovecraft, Clark Ashton Smith y Ron E. Howard entre otros. Sus
escritos trataban sobre hadas y otras criaturas mitológicas de la
tradición celta, alejándolas de su imagen idílica de los cuentos y
enfocándolas más hacia el terror. Machen es el creador del mito de
los ángeles de Mons, en el que supuestamente unos ángeles
protegieron a un pelotón de soldados británicos en la batalla de
Mons en 1914, durante la 1ª Guerra Mundial, lo que inspiró a
Tolkien para la tercera parte de ESDLA. Su libro más conocido es “El
Gran Dios Pan”, considerado todo un clásico del género, en el que
un científico loco realiza un experimento con una mujer para que sus
ojos sean capaces de ver al terrible dios Pan, que vive en otra
dimensión.
Stephen King menciona a
Machen y este libro en la dedicatoria de su último libro, “Revival”,
que ya ha salido en Estados Unidos (en España aún tendremos que
esperar hasta mediados del año que viene), así que me puse a
buscarlo en mi biblioteca, pero no lo tenían. Sin embargo sí tenían
estos dos libros, así que los cogí para ver qué tal escritor era.
“La pirámide de
fuego” consta de tres relatos, los dos primeros forman parte de
“Los tres impostores”, uno de sus libros más conocidos (como
“Las mil y una noche” pero con relatos de terror) y el tercero es
el que da título al libro.
En “La novela del
Sello Negro”, el profesor Gregg investiga una piedra negra con
extrañas runas grabadas en ella, que está convencido podrá
llevarle a descubrir la existencia de un mundo subterráneo en el que
viven las hadas, no las buenas e idílicas de las leyendas, sino los
seres diabólicos y peligrosos que verdaderamente son.
En “La novela de los
Polvos Blancos”, el protagonista es Francis Leicester, le hermano
de la narradora, un estudiante de Derecho que se pasa todo el tiempo
encerrado en su habitación estudiando, lo que empieza a preocupar a
su hermana. Su salud empieza a resentirse y el médico le receta unos
polvos blancos. Al empezar a tomarlos su salud se restituye, pero aún
así sigue tomándolos y un día su hermana le descubre una mancha
negra en el dorso de la mano. Él le quita importancia pero la mancha
va aumentando, y acaba convirtiéndose en un horrible monstruo amorfo
y gelatinoso.
Y en “La pirámide de
fuego” un hombre llamado Vaughan descubre que en sus tierras
alguien ha hecho unos dibujos juntando varias piedras, que cambian de
un día para otro, e invita a su amigo Dyson a pasar unos días a su
casa para que le ayude a resolver el misterio.
Bueno, pues el libro me
ha gustado mucho. El primer relato es una mezcla de misterio y
fantasía que está muy bien desarrollado. El segundo es puramente de
terror y me recordó al relato “Materia gris” de Stephen King,
porque al protagonista le pasa algo parecido. Y el tercero sigue la
línea del primero. Este librito de 150 páginas es excelente y solo
por él habría afirmado sin ninguna duda que Arthur Machen es uno de
los mejores y más talentosos escritores de su época, sin embargo
“Un fragmento de vida” no me gustó nada, y es que en el libro no
ocurre nada relevante. Básicamente trata del día a día del
matrimonio protagonista, los Darnell. Se echan un montón de páginas
discutiendo cómo amueblar una habitación de su casa, pero sin
gastarse más de 10 libras y al final se queda en nada, y luego
piensan en alquilarla, pero tampoco, y luego entra en escena la tía
de la esposa, que ha descubierto que su marido le es infiel. Y ese
tipo de cosas. Edward, el marido, es un tipo amargado que lleva una
vida muy aburrida y sus únicos momentos de felicidad tienen lugar
cuando duerme, pues sueña con bosques y cascadas, que le recuerdan a
su infancia, y al despertar le viene el bajón.
El libro nada tiene que
ver con el resto de su obra, no hay fantasía ni terror y eso me
decepcionó bastante. Al menos es corto y se lee enseguida.
De todas formas, pese a
este pequeño bache, lo considero un buen escritor, y trataré de encontrar el
de “El Gran Dios Pan”, a ver si es tan bueno como dicen.
Machen es uno de mis escritores de culto y de obligada relectur, siempre vuelvo a él. En mi país es complicado conseguir libros de Machen, aunque buscando en librerías de viejo de Bogotá encontré algún día algo que luego vendí por necesidad y de lo que me arrepiento sobremanera. Gracias por escribir sobre Machen. Saludos.
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