A lo largo de la historia
de los Estados Unidos solo cuatro jueces han sido asesinados. Raymond
Fawcett es el quinto. A Fawcett y a su secretaria los encontraron
muertos a balazos en su cabaña del bosque y su caja fuerte estaba
abierta y completamente vacía. El FBI no tiene ni idea de lo que
había en ella y no encuentra ninguna pista que les pueda conducir al
asesino, y por eso ofrecen una recompensa de 150.000 dólares a
cualquiera que les ofrezca una pista fiable.
Malcolm Bannister es un
abogado que está cumpliendo una condena de 10 años por un delito
que él afirma que no cometió. Malcolm sabe quién es el asesino y
lo que había en la caja fuerte, pero a cambio quiere que le conmuten
la pena, la recompensa y lo pongan bajo protección, pues dicho
asesino es un hombre muy peligroso, y en el momento en el que hable
sabrá que ha sido él quien se ha ido de la lengua y enviará a sus
hombres tras él. El FBI accede a sus demandas y Malcolm les dice
quién es, tras lo cual lo ponen en Protección de Testigos bajo una
nueva identidad y un nuevo rostro. Pero lo que el FBI ignora es que
todo forma parte de un complicado plan que Malcolm lleva bastante
tiempo ideando en prisión...
Aunque este parezca otro
de sus libros de abogados, no tiene nada que ver. Lo único en común
es que ha muerto un juez y el protagonista es un abogado en prisión,
pero por lo demás aquí se nos presenta la historia de un timo
perfectamente planificado en el que nada es lo que parece.
El libro es muy bueno
(aunque los tiene mejores) y es muy ágil, tiene unos giros
totalmente sorprendentes y no es hasta el final que conoces todos los
detalles de la historia. Me recordó un poco a “El socio”.
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