Combe Island, en la costa de Cornualles, propiedad de la familia Holcombe desde el siglo XVI, se ha convertido en un lugar de reposo por personajes de élite que quieren descansar alejados del mundanal ruido. Adam Dalgliesh se traslada a ese bucólico paraje para investigar la muerte de Nathan Oliver, un escritor de fama internacional que ha sido hallado ahorcado de lo alto del faro de la isla. Oliver era una persona prepotente y arrogante, y era odiado tanto por los pocos residentes de la isla como por el personal de servicio. Por consiguiente, el asesino podría ser cualquiera de ellos.
Esta es la penúltima novela protagonizada por Adam Dalgliesh (la antepenúltima escrita por la autora) y me ha gustado bastante. La víctima es una persona inaguantable y hay mucha gente que le odia, así que cualquiera podía ser el asesino. La persona que resulta ser es una sorpresa, y el móvil también. Además también se revelan algunas historias del pasado de la isla, sobre crímenes pasados que también aportan su parte de misterio. En general es una buena novela policiaca, con un climax final que te engancha mucho.
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