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lunes, 22 de agosto de 2022

Después, de Stephen King


Jamie Conklin tiene un don: puede ver a los muertos y hablar con ellos. Su madre lo sabe, pero le ha hecho prometer que no se lo dirá a nadie. La mayoría de la gente creería que está loco, pero algunos sí lo creerían. Los muertos están obligados a decir la verdad, y esas personas pretenderían utilizar su don para sacar provecho, y eso lo pondría en peligro. 

Pero esto es precisamente lo que le acaba pasando a Jamie. 

Liz Dutton, ex-pareja de su madre y policía corrupta hasta la médula, conoce su secreto y lo obliga a que la ayude con un caso. Tambor es el nombre de un terrorista que lleva 20 años sembrando el terror en Nueva Jersey con sus bombas. Ha causado docenas de heridos y matado a tres personas. A causa de un error suyo, finalmente descubrieron su identidad, pero antes de poder arrestarlo se suicidó dejándoles un último regalito: una bomba, la mayor de todas, escondida en cualquier parte de la ciudad, lista para explotar en cualquier momento. 

Así que lo que Liz quiere es que Jamie encuentre al fantasma de Tambor y le pregunte por la bomba, encontrarla a tiempo y convertirse en la heroína de la comisaría. 

Esto es lo que hace Jamie, pero es entonces cuando comienza su infierno particular, pues a diferencia de los otros muertos, el fantasma de Tambor no desaparece. Odia a Jamie por obligarle a revelar el paradero de la bomba y se presenta continuamente ante él, a cualquier hora, de día y de noche, atormentándolo, y haciéndolo vivir en un estado constante de tensión y temor. 


El libro me ha parecido maravilloso. Me encanta la propuesta que King nos hace acerca de los fantasmas (que no puedan mentir, que un tiempo tras su muerte Jamie ya no pueda oirlos y acaben desapareciendo), aunque esto se contradiga con otras novelas de fantasmas que ha escrito King, en las que los fantasmas permanecen en nuestro plano de existencia y no pasa nada. 

Ya lo sabía de antemano, pero el momento en que se hace referencia a ese otro gran clásico Kingniano me voló la maldita cabeza. Fue alucinante. King no llega a decirnos qué es lo que alberga Tambor en su interior, lo que lo ha corrompido, pero como fan de King de toda la vida puede deducrise fácilmente. Lo único malo del libro es lo corto que es, se te pasa volando. Jamie Conklin es un personaje que me encanta y me gustaría leer más aventuras fantasmales suyas. ¿A ti no?

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