Una chica de 16 años encuentra en la biblioteca familiar unas viejas cartas dirigidas a su padre por Bartholomew Rossi, el viejo mentor de su padre en la universidad, fechadas 40 años atrás.
Al preguntarle por ellas a su padre le cambia el rostro, como si le hubiera dado la peor de las noticias. Su padre, Paul, dirige una fundación benéfica que promueve la paz en el mundo y siempre está de viaje, dando conferencias. Paul decide llevarse a su hija con él en algunos de estos viajes por Europa y así aprovecha para ir contándole la terrorífica historia que vivió siendo joven, relacionada con las cartas que su mentor le envió y su misteriosa desaparición en extrañas circunstancias poco después.
En su época de estudiante, Paul recibió de forma misteriosa un libro con todas las páginas en blanco y una hermosa xilografía de un gran dragón en las páginas centrales. Al mostrárselo al profesor Rossi éste le revela que siendo estudiante también recibió un libro similar y que el dragón es el símbolo de la Orden del Dragón, fundada por Vlad Tepes, Drácula, en el siglo XV.
Rossi estaba convencido de que Drácula era un ser inmortal y de que seguía vivo en el presente y le habla de la investigación que llevó a cabo acerca de su ejemplar, que se vio obligado a interrumpir asustado, después de que Drácula enviara a uno de sus acólitos a amenazarlo y posteriormente atacara a uno de sus amigos más cercanos. Rossi anima a Paul a retomar su investigación y le envía unas cartas que escribió entonces con todo lo que averiguó sobre el libro y Drácula. Poco después, Rossi desaparece misteriosamente y en su despacho se hallan rastros de sangre.
Preocupado por lo que ha podido pasarle a su mentor, Paul inicia su propia investigación, tratando de dar con su paradero y descubrir al mismo tiempo los secretos del libro, ayudado por una misteriosa joven llamada Helen, hija de Rossi. Su búsqueda les llevará de las bibliotecas de Estambul a los monasterios de Rumania y las aldeas de Bulgaria, con la sombra de Drácula siempre presente sobre sus cabezas.
"La historiadora" es sin duda una de las mejores novelas que se han escrito nunca sobre Drácula. Es de 2005 y la leí por primera vez por esa época; me encantó y quise volver a disfrutar de ella este año. La novela está narrada de forma epistolar y transcurre en tres épocas diferentes: el presente, en los años 70 narrado por la protagonista; en los años 50 por Paul y en los años 30 por Rossi en sus cartas.
La novela imita perfectamente el tono y estilo de las novelas góticas del siglo XIX, sobretodo por su narración epistolar que recuerda a la novela de Stoker. Es un formato que me gusta, ideal para las novelas de terror, pero tiene una pega: parece que Paul y su hija tienen una memoria fotográfica sin parangón, porque recuerdan al detalle diálogos y situaciones que tuvieron lugar 20 años atrás, y esto es difícil de creer, pero bueno, hay que aceptarlo.
La novela está muy bien escrita y la ambientación muy lograda. El Drácula que nos presenta Kostova también me gusta mucho, es una mezcla del personaje histórico con el sobrenatural, y resulta muy interesante. No aparece en persona hasta el tramo final pero durante toda novela su influencia y poder está presente, como un personaje más.
En resumen, una magnífica novela de terror muy recomendable.
9/10.
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