Desde que Amanda descubrió que era la última heredera del culto a la diosa Maat, ha estado todo el tiempo viajando por el mundo, recuperando artefactos mágicos que podrían ser un peligro en las manos equivocadas y poniéndolos a buen recaudo. Por eso Amanda le pide a su tía un día libre para hacer vida normal. Además va a celebrarse un baile en el instituto y Amanda quiere ir con el chico que le gusta. Sin embargo la mañana del día del baile su tía-abuela Paula le encarga una misión de vital importancia.
Ha aparecido una tabla sumeria perdida desde hace años que contiene el secreto para fabricar las armas más poderosas del mundo y la misión de Amanda es interceptarla antes de que caiga en malas manos. ¿Logrará tener éxito en su misión? Y lo más importante, ¿llegará a tiempo para ir al baile?
Este tercer libro de Amanda Black también me ha gustado mucho. El robo de la tabla sale mal porque alguien la roba antes, así que Amanda y Eric tienen que seguir al tipo y robarle la tabla sin que se dé cuenta. Casi todo el libro transcurre a bordo de un tren y además de robar la tabla al ladrón también tienen que eludir a la policía, que les andan detrás. Y hacerlo a tiempo para ir al baile. Es bastante divertido, me recordó a la peli Bullet Train pero en versión para niños. La parte del baile me sobra pero hay que tragársela. Es lo que hay.
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