Lew Archer es uno de esos detectives clásicos de los años 50, creado en 1949 y que protagoniza casi una veintena de libros y otros tantos relatos. Además fue encarnado en la gran pantalla por Paul Newman.
"El caso Galton" es la octava novela de Lew Archer, pero puede leerse sin haber leído antes ninguna de las anteriores. A la anciana y millonaria señora Galton no le queda mucho tiempo de vida y contrata a Lew Archer para que encuentre a su hijo Anthony, que desapareció hace 20 años. Al parecer Anthony se alejó de su familia par vivir como un beatnik y dedicarse a escribir poesía.
Siguiendo una pista Archer se traslada a San Francisco y allí descubre que se casó con una joven que estaba embarazada. Archer encuentra un esqueleto al que le falta la cabeza enterrado en la casa de Anthony, con toda probabilidad el suyo, y descubre que el hijo de Anthony está vivo y es el auténtico retrato de su padre.
Archer le informa de todo y lo lleva consigo a conocer a su abuela, pero cree que en todo este asunto hay gato encerrado. Está convencido de que alguien ha maquinado todo este plan para hacerse con la fortuna Galton y que el hijo de Anthony es un impostor. Pero deberá probarlo todo.
El libro me ha gustado mucho. Tiene una prosa ágil y es fácil de leer. La trama va complicándose a medida que avanzan las páginas y hay unos giros bastante guays. Lew Archer es un detective que me ha caído bien, recuerda a otros detectives clásicos como Spade o Marlowe, muy irónico y siempre con una frase ingeniosa en los labios, incluso cuando están a punto de darle una paliza. No descarto leer más libros de este personaje.
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