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miércoles, 10 de septiembre de 2014

Breaking Bad. 3ª temporada (¡Ojo Spoilers!)

En esta temporada las cosas empiezan a complicarse para Walter.
Skyler descubre su secreto, lo echa de casa y tiene que irse a vivir a un motel cutre y luego encima le pide el divorcio (Skyler pensaba que Walter traficaba con marihuana y cuando le confiesa lo de la metanfetamina se queda blanca).
Todo lo que ha hecho Walter ha sido por su familia y como ahora Skyler no quiere saber nada de él ni de su dinero decide dejar el negocio de la droga, y cuando Gus le propone pagarle tres millones de dólares por tres meses de trabajo le dice que no, aunque Gus le aconseja que se lo piense.
Walter no piensa rendirse con Skyler y decide colarse a la fuerza en su casa, y cuando Skyler lo obliga a irse él se niega, que aquella es su casa, así que ella llama a la policía con la intención de contárselo todo, pero cuando llega la policía al final no es capaz de hacerlo, y como la casa está a su nombre y Walter nunca la ha maltratado y técnicamente aún están casados, ellos no pueden hacer nada, así que Skyler acepta a regañadientes que Walter se quede en casa, aunque hará todo lo posible para convencerlo de que firme los papeles del divorcio, como por ejemplo acostarse con su jefe y soltárselo a Walter en la cara.

Jesse se quedó muy afectado por lo de Jane y desde entonces ha estado en un centro de rehabilitación para desintoxicarse. Al salir pretende volver al negocio, pero Walter le dice que lo ha dejado y que se acabó, así que Jesse se lo monta por su cuenta, utilizando la fórmula de Walter, y su meta azul es casi idéntica a la suya. Pero cuando Walter se entera de lo que Jesse ha hecho se cabrea un montón, porque considera que la meta azul es suya y nadie más que él puede hacerla y a partir de entonces empiezan los malos rollos entre los dos. Jesse le pide a Saúl que lo ponga en contacto con Gus para ofrecerle su meta y Gua decide utilizarlo para hacer que Walter vuelva a trabajar para él; solo le paga la mitad y la otra se la entrega a Walter a la fuerza.
Walter acaba aceptando la oferta de Gus, tres millones a cambio de hacer 100 kg a la semana durante tres meses, pero decide dejar fuera a Jesse y Gus le monta un laboratorio con la mejor maquinaria para que pueda hacer la metanfetamina como Dios manda, colocándole a un ayudante llamado Gale, licenciado en Química como él.

A todo esto, aparecen dos gemelos mejicanos que cruzan la frontera para ir en busca de Walter, con la intención de matarle. Son los primos de Tucco y saben que Walter estuvo implicado en su muerte y quieren venganza. Gus los conoce porque ha tenido tratos antes con su familia y les convence para aplazar su venganza, pues necesita a Walter hasta que termine su trabajo, aunque están bastante impacientes y difícilmente aguantarán hasta el final.
Por su parte, Hank vuelve a ponerse tras la pista de Heisenberg y su investigación le conduce hasta Jesse. A causa de un incidente Hank pierde los nervios y le da tal paliza a Jesse que lo manda al hospital. Si Jesse presenta cargos eso podría acabar con la carrera de Hank, así que Walter echa a su ayudante y le ofrece el puesto a Jesse y llevarse millón y medio de dólares, a cambio de que no denuncie a Hank, y Jesse acaba aceptando.

En los últimos capítulos todo se tuerce para Walter por culpa de Jesse. Jesse descubre quiénes fueron los dos camellos responsables de la muerte de su colega y planea matarlos, pero antes de poder hacerlo es Walter quién se ocupa de ellos. El problema es que los camellos trabajaban para Gus y ahora Jesse tiene que salir por piernas y esconderse de sus hombres. Walter aclara el asunto con Gus y aparentemente todo queda zanjado. Vuelve a colocarle a Gale de ayudante y todo parece ir bien, pero Walter descubre que en cuanto Gale domine todo el proceso de fabricación de la meta azul, Gus piensa deshacerse de él. La única forma de salir bien parado de esta es cargarse a Gale, para que Gus se vea obligado a mantenerlo con vida. El plan es que Jesse descubra dónde vive y sea él quien se lo cargue, pero no se ve capaz de hacerlo, y quedan en que lo hará Walter. Pero la noche en que planeaba hacerlo los hombres de Gus lo capturan para matarlo, así que a Jesse no le queda otra que ir a casa de Gale a toda leche para matarlo, antes que de que le den el pasaporte a Walter.

Una vez más tengo que quitarme el sombrero ante esta serie, porque esta temporada es impresionante; pero esto no es ninguna novedad, cada temporada le da cien vueltas a la anterior.
Walter es cada vez más cabronazo. Te quedas alucinado ante algunas cosas que hace, como el dejar a Jesse colgado en los primeros capítulos, asesinar a los dos camellos a sangre fría o decidir cargarse al pobre Gale para salvar el pellejo.
Skyler es simplemente odiosa. Yo me imaginaba que cuando Walter le contara de dónde sacaba el dinero se le saldrían los ojos de las órbitas, y así ha sido. Me parece fatal que se acueste con su jefe y luego se lo pase por la cara a Walter solo para cabrearlo. Qué bruja. Además en su reacción se contradice a ella misma. Se escandaliza al saber la verdad sobre Walter, pero bien que acepta que su jefe manipule las cuentas de su empresa. Con ella Walter es un poco calzonazos.
Y qué decir de Jesse. Aquí demuestra que es algo más que un camello yonki, se nota que ha evolucionado y se ha convertido en un personaje más complejo. Y pensar que inicialmente se lo iban a cargar en la 1ª temporada. A Dios gracias por aquella huelga de guionistas.
Los últimos capítulos son muy intensos y trepidantes, como una montaña rusa de emociones y el final de temporada es de infarto. No puedo esperar a ver ya la 4ª temporada.


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