Si eres de mi generación (mediados de los 80)
seguro que creciste viendo la serie Pesadillas, unas historias de
terror para niños que generalmente acababan con un giro sorpresa,
que duró cuatro temporadas de 1995 a 1998. la serie adaptaba los
relatos (más bien novelitas cortas) de R. L. Stine, uun tipo que por
el día trabajaba haciendo programas infantiles y que por la noche
escribía relatos de terror para asustar a esos mismos niños que
trataba de divertir por el día. Su colección de Pesadillas tuvo
mucho éxito entre el público juvenil y vendió millones de
ejemplares en todo el mundo. Yo siempre quise leerme alguno y justo
este año conseguí varios de ellos, algunos gratuitamente y otros
por dos euros, y decidí empezar por éste porque estaba esperando a
que el bibliotecario me localizara un par de libros y mientras, podía
darme tiempo a leérmelo, ya que apenas son 130 páginas. Por cierto,
los dos libros ya los tengo en casa (El archivo de Sherlock Holmes y
Jardín sombrío de V. C. Andrews).
Katrina y su hermano Daniel se trasladan con sus
padres a su nueva casa y limpiando los armarios de la cocina Kat
encuentra una especie de esponja vieja y asquerosa bajo el fregadero.
La esponja está viva, tiene ojos y palpita, y a partir de entonces
empiezan a suceder varios accidentes en la casa y Kat sospecha que la
esponja es la responsable. Kat y Daniel descubren que es un grol, una
criatura mítica que se alimenta de la mala suerte y que no se le
puede matar ni deshacerse de él, pues entonces su anterior dueño (o
sea, Kat) morirá en 24 horas.
El libro me ha gustado. Es corto y fácil de leer
y muy ágil, sus 137 páginas casi pueden leerse de un tirón y
además me gusta ese giro del final porque le pega a este tipo de
historias. Cuando parece que todo ha salido bien, ¡zasca!.
La historia me suena bastante, creo que salía en
la serie, aunque no lo recuerdo, tendré que consultarlo. Ahora tengo
que pensar cuál de R. L. Stine me leeré después.
El libro, al igual que la serie en general, me parece bastante malo, pero bueno, hay que pensar a qué público va destinado. Eso sí, le tengo un especial cariño ya que fue el primer libro que leí en mi vida.
ResponderEliminarClaro, el libro es para niños, no puedes pedirle que sea demasiado profundo ni complicado. Para pasar el rato sirve.
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