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miércoles, 3 de septiembre de 2014

Viento en los sauces, de Kenneth Grahame


“Viento en los sauces” es un clásico de la literatura infantil publicado en 1908 y nació como una historia que Kenneth Grahame le contaba a su hijo Alistair sobre un ratón, una jirafa y un topo. Cuando en 1907 Alistair se fue de vacaciones le pidió a su padre que siguiere enviándole por carta nuevas aventuras de estos simpáticos animales, y así surgió el libro. Grahame sustituyó a la jirafa por un tejón y por último se unió al grupo un sapo y así éste ya quedó definido.

Un buen día, el señor Topo sale de su cueva a la superficie. En el río se encuentra con el señor Ratón, del que se hace amigo. Tras una temporada viviendo juntos, ambos deciden hacerle una visita al señor Sapo, el animal más rico de la zona. Tras una animada charla, el señor Sapo les muestra su nueva adquisición, una caravana. Al día siguiente pretende partir en busca de aventuras, y les ofrece la oportunidad de acompañarle. El señor Ratón acepta de inmediato, pero el señor Topo, que no es amante de los riesgos, duda. Finalmente le convencen, y por la mañana comienzan su viaje.

Recuerdo que de niño vi la película de dibujos, aunque buscando en la Wikipedia resulta que es un corto de 1949, pero ya te digo que era muy niño y la recuerdo vagamente. En 1996 Terry Gillian hizo una versión con actores reales, con la panda de los Monty Phyton, y algo que yo no sabía, en 2003 Guillermo del Toro quiso hacer una versión en animación por ordenador al estilo de Polar Express o la última de Tarzán, pero tras una reunión con la productora en la que alguien le sugirió que el señor Sapo fuera en monopatín y utilizara expresiones guays” se levantó, les dio las gracias por dedicarle su tiempo y no quiso saber nada más del tema. Algo parecido a su intento fallido de adaptar “En las montañas de la locura” de Lovecraft. Es que así no se puede.

En fin. El libro habla mucho sobre la naturaleza, la amistad y el compañerismo y contiene algunas críticas a la alta clase social representada por el señor Sapo; es el animal más rico del bosque y siempre está empezando cosas y dejándolas luego a medias y cree que dada su condición puede hacer la que le dé la gana sin sufrir las consecuencias. Siempre que le echan la bronca se muestra arrepentido y promete cambiar, pero a los cinco minutos ya está otra vez de vuelta a las andadas, aunque por fuerza de insistir acabará aprendiendo la lección.
Pese a ser un libro para niños también puede ser leído por adultos sin ningún problema, es de fácil lectura y muy ameno, y tiene moraleja, que es lo que a mí me gusta. La única pega es que a veces no parece ocurrir gran cosa, solo se ve a los protagonistas haciendo sus tareas o disfrutando del paisaje o conociendo a otros animales y las páginas van avanzando sin propósito alguno.


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