Rachel toma todas
las mañanas el tren de las 8:04 para ir de la estación de Ashbury a
la estación de Euston en Londres. Rachel tiene graves problemas de
alcoholismo y a causa de ello la han despedido de su trabajo, pero no
se lo ha dicho a su compañera de piso y todos los días coge el tren
para hacerle creer que va al trabajo. En el trayecto Rachel se evade
de la realidad mirando por la ventana y en uno de los puntos en los
que se detiene el tren, Rachel puede ver su antigua casa, en la que
su ex-marido Tom ha rehecho su vida con la mujer con la que le ponía
los cuernos, y su hijita pequeña. Pero es otra casa de ese barrio en
la que siempre se fija. Allí ve siempre a un joven matrimonio,
felices y haciéndose carantoñas, en su jardín. Estos le recuerdan
a cuando su matrimonio iba bien y Rachel se imagina unos nombres para
ellos y cuál puede ser su historia. Pero un día ve algo a lo que no
da crédito: la mujer besando a otro hombre en su jardín.
Rachel no puede
quitárselo de la cabeza. ¿Cómo puede hacerle eso a su marido? Con
lo felices que parecían. Rachel no puede dejarlo estar y está
decidida a ir a su casa a hablar con ella, pero esa noche está tan
borracha que a la mañana siguiente no recuerda nada de lo que hizo,
solo sabe que tiene un golpe en la cabeza y hay sangre en su ropa.
Entonces descubre que el marido ha denunciado la desaparición de su
esposa y Rachel empieza a temerse lo peor. ¿Acaso ella… ?
Tenía muchas ganas
de leer este libro. Cuando quise cogerlo en la biblioteca alguien se
me había adelantado así que tuve que esperar. Cuando se publicó
enseguida se convirtió en un fenómeno literario e hicieron la
película y tal, así que llevaba tiempo en mi lista de pendientes.
La verdad es que el libro me ha tenido enganchadísimo. Ya no
recuerdo la última vez que estuve así de absorbido. Normalmente
suelo leer unas 100 páginas a día pero con “La chica del tren”
llegué hasta las 130-140, y es que no podía parar de leer. Es
verdad que la novela tiene mucho de culebrón (infidelidades,
despecho, la víctima no es ninguna santa; de hecho me cae fatal y no
me da ninguna pena cómo acaba), pero aún así me ha gustado y la
identidad del asesino es toda una sorpresa.
A ver si me veo
pronto la película.
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