Séptima entrega de las Crónicas Vampíricas de Anne Rice.
El fantasma de Claudia, la niña-vampiro, ha sido visto por varias personas, pero no por Louis, y esto lo atormenta. Necesita saber que ella está bien y en paz y por eso le pide ayuda a David Talbot. Este recurre a Merick Mayfair, una poderosa bruja del clan Mayfair y miembro de Talamasca, para que invoque al espíritu de Claudia. Mientras ella se lo piensa, David le cuenta a Louis la historia de Merrick, cómo la conoció a los 13 años al saber de sus poderes, su unión a la organización Talamasca, su relación a lo largo de los siguientes 20 años y el viaje que hicieron por la selva de Guatemala, en busca de un antiguo y misterioso artefacto que lo cambiaría todo.
En los 2000 era muy fan de Anne Rice y este libro me encantó todo él la primera vez que lo leí. Ahora ya no lo soy tanto y soy más objetivo. El libro sigue gustándome, pero tiene partes que me sobran. Quitando le principio y el final y que el narrador sea David Talbot, el libro parece más una nueva entrega de las brujas de Mayfair que de las Crónicas Vampíricas, porque nos cuenta toda la vida de Merrick Mayfair, su rama familiar y sus habilidades. Personalmente creo que no es necesario que nos cuenten toda su historia desde los 13 años hasta el presente para conocer el personaje y saber de lo que es capaz, y hay muchas páginas que me sobran.
Eso sí, lo mejor es sin duda el tramo final, donde ocurren ciertas cosas esperadas por los fans de Anne Rice desde hace mucho tiempo.
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