Empecé a fijarme en esta serie el año pasado,
cuando empezó el tramo final de la última temporada (igual que
Harry Potter y Crepúsculo, la última temporada la dividieron en dos
para que durara más) y todo Dios hablaba de ella y la ponían por
las nubes a ella y a su protagonista, Bryan Cranston, así que empecé
a hacerme con ella y ahora, con bastante retraso, he decidido ponerme
a verla de una vez por todas. Y, joder, ahora me arrepiento de no
haberla visto en su día, porque es una auténtica maravilla. Cuando
la serie acabó, el gran Anthony Hopkins le escribió una carta a
Bryan Cranston diciéndole lo mucho que le impactó su
interpretación, que gracias a él aún creía en esta profesión y
que le gustó tanto la serie que se la vio entera en unas 3 semanas o
así. La verdad es que no me extraña en absoluto, porque la serie es
tan alucinante que resulta imposible ver solamente un capítulo. ¿Y
qué decir de Bryan Cranston? Yo solo lo conocía de la serie
“Malcolm in the Middle”, en la que hacía un papel cómico, y
aquí demuestra ser todo un pedazo de actor (lo mismo que pasó con
Hugh Laurie, que antes de House era conocido por películas como 101
dálmatas y las de Stuart Little, y con la serie demostró su talento
para el drama).
Walter White es un tipo normal. Es profesor de
química en un instituto pero también trabaja lavando coches para
poder llegar a fin de mes. Tiene un hijo adolescente, Walter jr, que
sufre alhún tipo de minusvalía que le ocasiona dificultades para
caminar y hablar correctamente y su mujer, Skyler, espera su segundo
hijo. Su cuñado, Hank, es de la DEA y siempre se está metiendo con
él, porque, reconozcámoslo, Walter es un poco sosainas. Pues a
Walter le detectan un cáncer de pulmón, inoperable, y le dan 2 años
de vida. Poco después se encuentra con un ex-alumno suyo, Jesse, que
es traficante, y para que a su familia no le falte de nada cuando él
ya no esté, se asocia con él y empiezan a fabricar metanfetamina.
Como Walter es profesor de química sus cristales son perfectos, los
más puros que hay en el mercado, y el dinero empieza a llegarles a
espuertas, pero no tarda en descubrir que ser traficante no es un
camino de rosas y acaba metiéndose en serios apuros.
Esta 1ª temporada consta solo de 7 capítulos
porque se vio afectada por la famosa huelga de guionistas de hace
unos años, pero en estos 7 capítulos Walter White sufre un cambio
espectacular. Solo hay que comparar el inicio de la temporada con el
final. La primera vez que coge una pistola le tiembla la mano y casi
se vuela un pie, pero luego no duda en cargarse a un traficante con
gas mostaza y a otro lo ahorca con el cepo de una moto, aunque la
prueba más radical del cambio operado en Walter es su primera escena
como “Heisenberg”, el nombre que decide utilizar como traficante
(yo sé todo lo que pasa después, y escuchar por primera vez este
nombre me puso la piel de gallina), cuando se enfrenta a Tucco, uun
narco muy loco y peligroso, como si llevara años en el negocio. Es
increíble que en realidad estemos ante un simple profesor de
química. Es para quitarse el sombrero. Qué grande, Walter.
No sé si a alguien más le pasó por la cabeza,
pero la serie parece sacada de alguno de los libros de Elmore
Leonard, porque él solía escribir sobre estas cosas, traficantes,
ladrones, capos y tal. Un profesor de química que se mete a
traficante. Es surrealista total. Espero ponerme pronto con la 2ª
temporada.
Hola, Eloy!!
ResponderEliminarMe pasó lo mismo que a vos, aunque yo tardé más: todos, absolutamente todos, ponían la serie en un pedestal, pero apenas la semana pasada me dio por mirar el primer capi y ya voy para el cuarto de la segunda temporada.
Realmente es muy, pero muy buena. Una cosa de locos. Y sí, la actuación de este tipo es brillante!!!!
Saludos!!