Esta novela nos presenta a un Clark Kent de 17 años que está aprendiendo a controlar sus muy variados poderes, que ignora su verdadero origen y que trata de mantener un perfil bajo para que nadie se fije en él. Lana Lang es su mejor amiga. Dirige el periódico escolar y siempre lo está investigando todo, algo que mosquea a más de un adulto.
Tras hablar con una chica de su clase llamada Gloria Álvarez, Clark descubre que algo extraño está pasando en Smallville. Al parecer varios ciudadanos de Smallville, todos ellos mexicanos, están desapareciendo sin dejar rastro y la policía no parece hacer nada al respecto. Esto preocupa mucho a Gloria, y al hablarlo con Lana ella lo convence de que lo investiguen ellos por su cuenta.
Por su parte, Clark salva la vida a un chico llamado Bryan Mankins y la de su hermano Corey. Su padre dirige una empresa millonaria que aplica la ciencia a la agricultura y Bryan y Clark se hacen amigos. Por otro lado, alguien está comprando las granjas de la zona, granjas que tienen algo en común: en sus tierras hay marcas de cráteres. Y ahora su nuevo objetivo es la granja Kent.
Soy un gran fan de Superman de toda la vida y esta novela me ha encantado porque me ha recordado mucho a la serie Smallville (de hecho Lana podría llamarse Chloe Sullivan perfectamente). Me encanta ver a Clark aprendiendo a manejar sus poderes e ir descubriendo sus orígenes y cómo conoce a Lex Luthor, aunque aquí no son superamigos como en la serie, pero sí cercanos. Y lo mejor de todo, obviamente, es verlo con el trajo por primera vez y darse a conocer al mundo. Aunque más que Superman habría que llamarlo Superboy porque tiene 17 años.
La novela está genial y es superrecomendable.
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