Buscar este blog

lunes, 8 de agosto de 2016

La edad de los milagros, de Karen Thompson Walker



La Tierra ha empezado a girar más despacio y esto tiene graves consecuencias para sus habitantes. Los pájaros se desorientan y se estampan contra los edificios, los días empiezan a alargarse y el sol permanece en lo alto más tiempo de lo habitual, llegando a ser de día durante varios días seguidos (valga la redundancia) y lo mismo cuando se hace de noche. Los científicos recomiendan a la gente que sigan haciendo su vida normal y el Gobierno dictamina que todos sigan rigiéndose por la Hora Oficial, como hasta ahora (es decir, que si son las diez de la mañana pero es de noche tienes que hacer lo que sueles hacer a esa hora, olvidándote de que es de noche), pero entonces empieza a surgir un grupo de personas que optan por regirse por el Tiempo Real (es decir, que si son las diez de la mañana y es de noche lo toman como que es de noche y se olvidan del horario), que no son bien vistos por la mayoría de la gente y que son marginados por ellos, tratados como hippies, los cuales optan por establecerse en unas comunas fuera de la ciudad.

Además surge una nueva enfermedad y los que la padecen sufren desmayos, cambios de humor y tienen un comportamiento paranoico. Conocemos todo esto de manos de la protagonista, una niña de 11 años llamada Julia, que mientras el mundo se va al carajo su vida personal sigue el mismo camino: Hanna, su mejor amiga, le dice que va a irse con su familia, que son mormones, a Utah, y más adelante cuando regresa pasa olímpicamente de ella y va a todas partes con su nueva amiga, otra mormona que conoció allá; la madre de Julia desarrolla síntomas de la enfermedad gravitatoria y se comporta como una auténtica lunática y para colmo descubre que su padre tiene una aventura.  

De los libros que llevo leídos este año este es el único que no me ha gustado. La premisa es muy interesante y pudo haber dado pie a una buena novela postapocalíptica, pero en vez de profundizar en ella los personajes principales tratan de seguir con su vida como si no pasara nada y la historia se desaprovecha convirtiéndose en una novela juvenil más, donde lo único importante es que Julia tenga novio. Si lo sé no me gasto el dinero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario