Buscar este blog

jueves, 4 de agosto de 2016

Quedaos en la trinchera y luego corred, de John Boyne



1914.
Alfie Summerfield tiene 4 años cuando su padre se alista voluntario para ir a la guerra. Todo el mundo cree que el conflicto durará poco tiempo pero 4 años más tarde la guerra continúa y el final no se ve cerca. La madre de Alfie consigue trabajo de enfermera en el hospital para poder mantener a su familia pero aún así el dinero apenas le llega para comida, así que sin decirle nada a su madre Alfie falta al colegio para trabajar de limpiabotas en la estación del tren y va metiendo en su cartera (la de su madre) el poco dinero que gana, sin que ella se dé cuenta.

Alfie suele preguntarle a su madre por su padre, pero ella se limita a decirle que está en una misión secreta sin darle detalles para luego cambiar de tema, y Alfie empieza a pensar que no le está diciendo toda la verdad. Por una serie de circunstancias Alfie acaba descubriéndola por su propia cuenta y no es para nada lo que se imaginaba.
Su padre no está en ninguna misión secreta sino que lleva 4 años en un hospital para soldados trastornados por la guerra y descubre que todos sus conocidos lo sabían y que han estado ocultándoselo. Alfie decide ir a verlo sin decirle nada a nadie pero de entrada su padre no lo reconoce y no para de farfullar cosas sin sentido sobre la guerra. Alfie no cree que estar en ese hospital ayude mucho a su padre y desde su lógica infantil piensa que si vuelve a casa se pondrá bien, así que pone en marcha un plan para sacarlo de allí sin que le pillen y llevarlo a casa.

Al igual que en “El niño con el pijama de rayas” John Boyne nos adentra en una terrible guerra a través del inocente punto de vista de un niño. “El niño con el pijama de rayas”
fue todo un fenómenos literario, pero eso no significa que imitando su fórmula todos los libros que lo copien vayan a tener el mismo éxito. Está claro que el presente libro no puede compararse ni de lejos con “El niño con el pijama de rayas”, un éxito así solo sucede una vez en la vida, pero a mí me ha parecido una muy buena novela juvenil sobre la guerra y lo mucho que afectó a los soldados que combatieron en ella, así como a sus familias. Tiene unas 200 páginas y sus capítulos son cortos y de lectura fácil, como toda buena novela juvenil.
De Boyne también me he leído “La casa del propósito especial”, una de sus pocas novelas para adultos, y no descarto volver a leerla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario