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jueves, 23 de agosto de 2018

Cubridle el rostro, de P. D. James

La señora Maxie contrata a Sally Jupp, una joven madre soltera, para que la ayude en las labores de la casa y a cuidar de su marido, que está enfermo, pues MArtha, la otra criada y cocinera, no puede hacerse cargo de todo, y la joven se instala en la casa con su hijo.
Lejos de mostrarse humilde y agradecida, Sally es arrogante y prepotente y despierta la animosidad tanto de Martha como de otros miembros de la familia, y como colofón anuncia que se va a casar con Stephen, el hijo de la señora Maxie, noticia que sienta como un jarro de agua fría. A la mañana siguiente, Sally aparece muerta y el inspector Adam Dalgliesh, de Scotland Yard, se hace cargo de la investigación.

Esta es la primera novela de P. D. James y también la primera de su serie protagonizada por el inspector y poeta Adam Dalgliesh. Ahora que la he leído me doy cuenta de que ya la había leído hace muchos, muchos años, porque el título me sonaba así como algún que otro momento de la novela, pero por lo demás ha sido como leerla por primera vez,no recordaba nada en absoluto.
Debo confesar que le he cogido el gusto a esta autora después de muerta y me gustaría leerme todos sus libros, preferentemente en orden cronológico, por eso escogí el presente libro.
El libro me ha gustado, es muy en la línea de Agatha Christie, con una trama que va complicándose cada vez más (tal vez demasiado) y con varios sospechosos de haber cometido el crimen, todos con las mismas posibilidades de ser el asesino. La identidad de este, por cierto, es la última persona de la que habrías sospechado. Es todo un golpe de efecto.

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