"El hombre que sabía demasiado" es una antología de ocho relatos protagonizados por una pareja un tanto peculiar, que recuerda bastante a Holmes y a Watson. Horne Fisher es el equivalente de Sherlock pero no es ningún detective privado. De hecho no sabemos a qué se dedica pero siempre se las ingenia para que cerca de él se produzca algún crimen y él se pone a investigarlo, en plan detective aficionado, aunque al final, una vez resuelto, le da igual si el culpable acaba entre rejas o no. Y luego le cuenta lo sucedido a su amigo Harold March, que es periodista.
Esta antología es bastante breve, unas 160 páginas, así que para que abulte un poco incluye más cosas, un relato de 70 páginas titulado "Los árboles del orgullo", dividido en cuatro capítulos, y otros dos relatos sueltos, "El jardín del humo" y "El cinco de espadas".
Chesterton es uno de los precursores del género policiaco y de él me leí "El hombre que fue Jueves", aunque no me gustó mucho. Los relatos de este libro son muy interesantes porque son bastante atípicos, no como las historias habituales del género en las que hay un asesinato, la policía o el detective privado sigue una serie de pistas y dan con el asesino. De hecho los protagonistas no tienen nada que ver con la policía, son tipos normales y corrientes que se ponen a investigar por su cuenta y no es hasta las últimas páginas que se revela la identidad del asesino y su móvil.
Esto pasa mucho en los relatos de Fisher y March, y en mi opinión es una pega pues a veces parece que se lo saca de la manga, sin ofrecernos ninguna información previa de cómo Fisher ha llegado a esa conclusión. Un misterio. En general es una buena antología aunque prefiero a otros autores.
Por cierto, hay una película de Hitchcock que se titula igual, pero no tiene nada que ver.
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