¿Y si la novela de Bram Stoker hubiera acabado de otra forma? Pues este es e l punto de partida de esta novela de Kim Newman.
Drácula resultó vencedor en su confrontación final con Van Helsing, ha seducido a la reina Victoria y se ha desposado con ella, convirtiéndose en el príncipe consorte. Vamos, que reina en Inglaterra con total impunidad. El vampirismo se ha extendido por todo el país y ha sido aceptado por la sociedad. De hecho para medrar socialmente y llegar a ser alguien debes convertirte, o de lo contrario lo máximo a lo que puedes aspirar es a ser el alimento de alguien. Drácula ha creado su propio cuerpo policial, los dragones, que se ocupan de controlar al populacho, y todos los que se oponen a él, o acaban en prisión o ejecutados por empalamiento.
En este ambiente aparece un asesino en serie apodado "Cuchillo de Plata" que se dedica a asesinar prostitutas vampiras en el barrio de Whitechapel, de forma bastante brutal, y el pánico y el terror se extiende entre la población.
El misterioso Club Diógenes, que se ocupa de los asuntos que atañen a la Corona y de que no se hagan públicos, encarga al agente Beauregard que dé con "Cuchillo de Plata" y descubra quién es, pues sus crímenes son un claro ataque al Príncipe Consorte. Para ello contará con la ayuda de una vampira antigua llamada Genevieve Sandrine d'Isle Dieudonné.
Hace años que tenían este libro en la biblioteca y decidí que ya era hora de leerlo, pues la premisa de la novela me atraía mucho: una realidad alternativa en la que Drácula es el rey de Inlgaterra y el vampirismo se ha extendido por todas partes. A la novela le siguen otras dos (hay una cuarta en proceso) y varios relatos. Personalmente creo que Newman ha abusado un poco del tema. Una vez vale, pero varios libros seguidos sobre lo mismo puede ser algo cansino. Parece que lo único que le interesa son los vampiros, que no sabe escribir otra cosa, y eso es una lástima.
Acerca de la novela, decir que me ha gustado más de lo que imaginaba. Aquí aparecen muchos de los personajes de la novela de Stoker (incluso el propio Stoker) pero también personajes de otros clásicos del siglo XIX, como Moriarty, Sebastian Moran y Mycroft Holmes (Sherlock está en prisión por oponerse al régimen de Drácula), así como el Club Diógenes, el doctor Jeckyll y el doctor Moreau, y referencias a muchos otros vampiros literarios, de los que solo conozco a Varney el vampiro y al Barlow de Stephen King.
Esto mola, pero al mismo tiempo es una desventaja, pues muchos de estos cameos son simplemente anecdóticos y no aportan nada, y parece que estés leyendo el fanfic escrito por algún fan.
Pese a que Drácula es el personaje más importante, no aparece físicamente hasta las últimas páginas, pero su presencia e influencia es palpable a lo largo de toda la novela, y el ambiente está muy logrado. También encuentro fascinante que la trama gire en torno a esta especie de versión vampírica de Jack el Destripador y en los esfuerzos de la pareja protagonista para descubrir quién es, aunque nosotros lo sepamos desde el principio.
En resumen, que es una muy buena novela de vampiros.
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