En “¿De qué hablo cuando
hablo de correr?” Haruki Murakami nos hablaba de su afición a
correr, de qué le pasaba por la cabeza cuando entrenaba para los
largos maratones en los que suele participar, y nos regalaba alguna
que otra perla sobre cómo se hizo escritor.
Este
libro se centra exclusivamente en su labor de escritor. Nos cuenta
cómo llegó a escribir su primera novela, que presentó a un
concurso de escritores noveles y que ganó (a diferencia de otros, él
nunca tuvo vocación de ser escritor y al igual que, por ejemplo,
Stephen King, por aquel entonces estaba pasando graves apuros
económicos) y cómo repartía su tiempo entre su bar de jazz,
escribir novelas por la noche y traducir obras americanas al japonés,
hasta que decidió coger el toro por los cuernos, cerró el bar y se
dedicó exclusivamente a escribir.
Murakami
nos habla de cómo afrontar la escritura de una novela larga, de la
voz del narrador (durante sus primeros 20 años de carrera siempre
escribió en 1ª persona y fue a partir de entonces cuando empezó a
introducir la 3ª persona), de las innumerables revisiones que hace
cada vez que acaba una novela, de su estilo, del bloqueo de escritor
(él afirma no haberlo sufrido nunca, simplemente cuando no tiene
ganas de escribir, no escribe), de su meta de escribir 10 páginas al
día y de lo importante que considera la educación escolar, y más
cosas.
He
disfrutado mucho leyendo este libro. Me gusta leer y escribir y me
encanta cuando mis escritores favoritos explican su método de
trabajo a la hora de escribir una novela. Además Murakami es un
hombre muy reservado que rara vez concede entrevistas y no es muy
dado a hablar de sí mismo, por eso este libro tiene más valor si
cabe. Me ha sorprendido mucho saber que, pese a que actualmente es
uno de los escritores más alabados por la crítica, que gana un
montón de premios y su nombre siempre suena para el Nobel de
Literatura, durante muchos años los críticos de su país lo han
puesto de vuelta y media. Es alucinante.
También
me han gustado mucho las contadas curiosidades que nos desvela acerca
de alguna de sus novelas (por ejemplo, que la primera versión de
“Kafka en la orilla” tenía 1800 páginas). Este es un manual
estupendo para acercarse uno a la escritura, una especie de “Mientras
escribo” a la japonesa, y también una buena forma de conocer un
poco mejor a uno de los mejores autores de nuestra época.
Sinceramente ya ha pasado mucho tiempo desde que leí una novela de
Murakami y este libro ha vuelto a despertarme el gusanillo. Espero
retomarlo pronto.
Igual que hice con Mientras escribo de King, es mi obligación zambullirme en la lección directa de vida de Murakami. Grandes escritores. No creo que ganen el Nobel pero ya forman parte de la historia sin él, sobretodo porque sus letras tienen un sello propio inconfundible.
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