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miércoles, 1 de julio de 2020

El gran pez, de Daniel Wallace

Esta es la novela en la que se basa la película de Tim Burton, “Big Fish”.
Edward Bloom siempre ha sido un gran contador de historias. Mezclando hechos verídicos de su propia vida con elementos mágicos y de fantasía se ha inventado montones de relatos con los que entretener a su hijo Will. Pero Edward se pasaba la mayor parte del tiempo fuera de casa, viajando por negocios, y el poco tiempo que pasaba en casa estaba contando los días para volver a marcharse, y llegó a convertirse en un desconocido para su propio hijo. Ahora, en la vejez, Edward se está muriendo, y Will quiere aprovechar la oportunidad para discernir los hechos auténticos de la vida de su padre de todas las historias llenas de fantasía y aventuras que siempre le contaba de niño, y llegar a conocer al auténtico Edward Bloom, antes de que llegue el final.

Esta es una de las pocas veces en las que la película es mejor que el libro. Te lo aseguro, si esperas encontrar una tierna y maravillosa historia como la que nos ofreció Tim Burton, acabarás muy decepcionado. Burton supo darle su toque personal a esta breve novela de Daniel Wallace, haciendo de ella una de sus mejores películas. El conflicto de Will con su padre que los separa durante años, el regreso a casa para pasar con él sus últimos días, su intento de llegar a conocerle y ese mágico final que siempre nos emociona, no importa cuántas veces la hayamos visto ni cuánto tiempo haya pasado desde la última vez que lo hicimos. Aquí todo esto brilla por su ausencia.
Will es un veinteañero que vive con sus padres y no hay conflicto entre él y Edward (aunque sí es verdad que a Will le molesta que su padre le salga con alguna de sus historias graciosas cuando el asunto se pone serio). Algunas de las historias de las que salen aquí salen en la película; hay muchas otras que no, y algunas que salen en la película son totalmente inventadas y del final no te digo nada. Mientras que el de la película es superemotivo y sabes que no es real, que Will se lo está contando a su padre durante sus últimos instantes de vida, en la novela no se aclara si la forma en que Edward “se va” es real o una historia que Will se inventa.
En resumen, no hay punto de comparación entre la película y el libro. La primera le da cien vueltas al segundo. Decepción total.

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