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lunes, 29 de julio de 2013

Donde viven los monstruos, de Maurice Sendak

¡Qué decepción!
“Donde viven los monstruos” es un cuento infantil escrito por Maurice Sendak en 1963 y está considerado como uno de los grandes clásicos de su género. Hace unos días vi la película que hicieron en 2009 y me encantó, me pareció herosa y profunda, y por qué no decirlo, me tocó la fibra sensible. Así que quise leerme el cuento original. Sabía que lo tenían en mi biblioteca, porque lo busqué en su página web, y me pasé un par de días buscando en las estanterías, pero ni rastro (esto ocurre a veces, los libros no están donde se supone que deben estar). Le pregunté a la bibliotecaria y tampoco, y cuando me estaba yendo, lo encontró. Yo estaba muy ilusionado y de inmediato me puse con él.

Nada que ver. El cuento son apenas 40 páginas y es supersimple. Es todo dibujos y en algunas páginas hay una línea o dos de texto, y puesto todo seguido ocupa como mucho una página (un DIN A4). Te lo lees en menos de 5 minutos, depende de lo rápido que pases las páginas (doy fe con mi sello) y no hay ningún rollo profundo como en la película.
Max es un niño muy revoltoso que no para quieto, y una noche su madre se cabrea y lo envía castigado a su habitación. Entonces esta se convierte en un bosque y en una orilla Max encuentra una barca, se lanza a la mar y tras días y semanas llega hasta una isla donde viven los monstruos. Lo nombran rey y se dedican a hacer el gamberro todo el tiempo. Entonces, al ir a acostarse, Max se pone triste y se siente solo, porque quiere que alguien desee estar con él de verdad, así que decide regresar a casa. Los monstruos le dicen que no lo haga, que se quede, y lo amenazan con comérselo y tal, pero Max se marcha de todas formas y se despide de ellos, y al llegar a casa se encuentra de nuevo en su habitación y es la misma noche en que su madre lo castigó. Así que ya ves que no toca ningún tema profundo. Es simple de todo. Lo que no entiende es que, en su día, los papás consideraran que el cuento no fuera apropiado para sus hijos. ¡Es todo dibujo! ¿Dónde está el problema? Pfff. Bueno, al menos aún me queda leer el libro de la película (también lo tienen en la biblioteca), y ese creo que sí me gustará.

1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo. El libro es más simple que el mecanismo de un botijo, y no sé por qué se le considera un clásico de la literatura infantil.
    La película, sin ser tampoco una obra maestra, le da 100 vueltas.

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