58. Dudas
-¿De dónde has sacado ese
casco?-le preguntó Xavier nada más verlo.
Eric llevaba puesto un casco morado que
le cubría toda la cabeza excepto los ojos, la nariz y la boca;
un casco muy similar al que lucían los antiguos gladiadores.
-He sufrido un pequeño accidente
y tengo que llevarlo durante una temporada.
Xavier lo observó durante varios
segundos, en silencio.
-¿Entonces no has tenido nada
que ver con la fuga de mi hermanastro del Vacío?
Esta vez fue Eric el que lo observó
en silencio.
-¿Cómo dices?
-Me has oído perfectamente.
-No sé de qué me estás
hablando, Charles. Ni conozco a tu hermanastro ni sé qué
es el Vacío.
-Sí lo sabes. Llevabas tiempo
pensando en ese lugar, y ahora sé por qué. Para sacar a
Caín de allí.
-No digas tonterías, Charles. No
le conozco. ¿Qué ganaría yo sacándole de
allí?
-¿Entonces es una coincidencia
que tenga las mismas propiedades que el de Caín?
-¿De qué me estás
hablando?
-No puedo leerte la mente con el casco
puesto. Extraño, ¿no crees?
-Te has vuelto algo paranoico con los
años. Yo no estoy detrás de cada asunto relacionado con
los mutantes. Además, mientras eso ocurría yo estaba en
otro sitio.
-¿Dónde?
-¿Qué más da? Tú
ya te has formado una opinión. Sí no me crees aquí
estoy perdiendo el tiempo.
-Magnus, espera. Yo no quiero acusarte,
pero dado tu historial... Dímelo.
-He encontrado a mis hijos.
-¿Tus hijos?
Xavier hizo memoria.
La esposa de Eric le abandonó al
verle usar sus poderes y dio a luz a mellizos en una cueva
abandonada. Unos gitanos los encontraron y se los llevaron.
-¿Los has encontrado?
-Sí.
Aquello no era del todo falso. Era
cierto que los había encontrado, pero de eso hacía dos
años.
-Aunque no fue un reencuentro
agradable. Los dos también son mutantes. Pietro y Wanda. Se
hacen llamar Quicksilver y Bruja Escarlata. Me culpan de la muerte de
su madre, lo cual no se lo reprocho. Quise hablar con ellos, pero me
atacaron y huyeron. Me hirieron en la cabeza y por eso tengo que
llevar este casco durante una larga temporada.
Xavier asintió con la cabeza.
-Siento haberte juzgado antes de
tiempo, Magnus-se disculpó Xavier-Espero que puedas
perdonarme.
-Olvídalo. Es lógico que
hubieras pensado algo así. Entre nosotros han pasado
demasiadas cosas, y han dejado una profunda marca en nuestra amistad.
-Ojalá no fuera así.
-Lo mejor que podemos hacer ahora es
pasar página y volver a la rutina diaria. ¿Qué
tal si trabajamos un poco en Cerebro?
-Me parece una idea estupenda.
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