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viernes, 19 de julio de 2013

Viejos amigos. Capítulo 61

61. Scott, segunda parte

Magneto llegó al almacén abandonado de Florida en el que estaba Scott a medianoche.
Encontró el interruptor de la luz y lo encendió. El chico estaba durmiendo encima de un colchón viejo, debajo de una ventana rota por impactos de bala. Magneto vio que dormía con unas gafas de sol puestas. Los cristales de las gafas eran de color rojo y a Magneto le extrañó ese detalle, porque era la primera vez que veía unas gafas de ese color.
Entonces Scott se despertó y al verle gritó asustado y se apretó contra la pared.
-¿Quién es usted?¿Qué quiere de mí?¡Fue un accidente!¡No quise hacer daño a nadie!
Magneto se acercó a él con las manos en alto.
-Tranquilo, Scott, lo sé, te creo. He venido a ayudarte.
Scott no se preguntó por qué aquel hombre sabía cómo se llamaba porque supuso que todo el mundo estaría buscándole.
-¿Quién es usted?
-Me llamo Magnus y al igual que tú soy un mutante, aunque obviamente no poseo tus mismos poderes. Me envía un hombre llamado Charles Xavier. ¿Has oído hablar de él?
Scott negó con la cabeza.
-Él también es un mutante y tiene una escuela para jóvenes mutantes. Mutantes como tú, que descubren que tienen extraños poderes y están asustados. Charles ha oído hablar de ti y quiere ayudarte.
-¿Ayudarme?¿No me miente?
-No te miento. Hay muy pocas personas ahí fuera que estén dispuestas a ayudarte, Scott. La mayoría te perseguirá por ser diferente y algunos querrán matarte por ello. Pero unos pocos te tenderán su mano. Charles está ayudando a muchos chicos como tú. Puedes confiar en él. Es una de las mejores personas que conozco. ¿Qué dices?¿Quieres su ayuda?
Scott se levantó y se acercó al hombre con aquel extraño casco en la cabeza.
-Sí, quiero su ayuda. Necesito su ayuda.
-Entonces ven conmigo, yo te llevaré con él.
Scott caminó a su lado hacia la salida.
-Por cierto, he oído que tienes otras gafas para controlar tus rayos oculares. ¿Es cierto?
-Sí, las hizo mi oculista-Scott metió la mano en el bolsillo y las sacó-Pero no me gustan demasiado. Con ellas puestas parezco un cíclope.


A primera hora de la mañana siguiente Magneto llevó a Scott ante Xavier, y los dos se estrecharon la mano. Scott llevaba puestas las otras gafas por indicación de Magneto. Éste le dijo que si algo lo diferenciaba de los demás tenía que sentirse orgulloso y no avergonzado, y aquello acabó por convencerlo.
Xavier le agradeció que se hubiera unido a ellos y pasó a hablarle de la escuela y de sus compañeros. Le dijo que con el tiempo podría enseñarle a utilizar correctamente sus poderes y que allí todos los demás chicos estaban en su misma situación y que no tenía nada qué temer. Scott se mostró algo tímido, pero el profesor Xavier le cayó bien enseguida y enseguida congeniaron.
Cuando Xavier iba a acompañarle para mostrarle el colegio, llamaron a la puerta de su despacho. Era Jean.
-Oh, profesor, no sabía que estuviera ocupado. Volveré en otro momento.
-Espera, Jean. Quiero presentarte a Scott. Acaba de unirse a nosotros.
-Hola-lo saludó ella sonriéndole.
-Hola-respondió él, algo azorado.
-¿Por qué no le enseñas el colegio?Así podréis ir conociéndoos mejor. Además yo tengo cosas que hacer.
-Claro, profesor. Oye, ¿sabes que tienes unas gafas muy chulas?-le dijo Jean a Scott mientras salían del despacho de Xavier.

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