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viernes, 5 de julio de 2013

Viejos amigos. Capítulo 53

53. El Vacío

La semana siguiente colocaron la pasarela y cuando terminaron los dos pasaron por encima para comprobar si aguantaba su peso, y lo hizo.
La pasarela llegaba hasta el centro mismo del abismo, y Xavier se sintió mareado al asomarse al vacío. Ambos regresaron al piso superior. Xavier tenía una clase de literatura inglesa y Eric iba a entrenar a una docena de chicos en el uso de sus poderes.
Aquella noche Xavier hizo la cena para celebrar aquel segundo paso, pese a las protestas de Eric de que le dejara hacerla a él. Más tarde Eric le pidió a su amigo un par de días libres para atender unos asuntos personales, y Xavier se los concedió. Estaba demasiado entusiasmado en los avances de Cerebro como para pensar que Eric pudiera estar tramando algo.


El helicóptero aterrizó en la Plataforma 3 y su pasajero descendió, protegiéndose la cabeza del viento producido por las hélices. El alcaide en persona lo estaba esperando a unos metros con dos guardias. El pasajero se acercó a él y le estrechó la mano.

-El señor Jameson, ¿verdad?
-Sí, así es-dijo Magneto.
-¿Me enseña algún carnet que lo identifique como tal? Es una simple formalidad. Quiero asegurarme que usted es quien dice ser.
-Por supuesto-Magneto le dio su carnet y lo observó detenidamente, temiendo que su tapadera se desvelara, pero no fue así.
El alcaide se lo devolvió con una sonrisa y le pidió que lo acompañara.
Aquel carnet falso identificaba a Magneto como John Jonah Jameson, periodista del Daily Bugle.
-Tengo entendido que quiere escribir un artículo sobre El Vacío.
-En realidad es un reportaje. Ocupará varias páginas, así que quiero que me lo cuente todo.
-Le ayudaré en todo lo que pueda.
-Se lo agradezco. Dígame, ¿qué es El Vacío? Yo ya lo sé, pero la mayoría de nuestros lectores ignora su existencia.
-Claro, El Vacío... ¿no va a apuntar nada?
-Tengo una grabadora-dijo, tocándose el bolsillo de la cazadora.
-De acuerdo-el alcaide, Magneto y los dos guardias entraron en un ascensor y bajaron a la primera planta-El Vacío es una prisión de máxima seguridad para mutantes. Aquí están los mutantes más peligrosos y poderosos del planeta.
-Entiendo. ¿Y no teme que puedan huir? ¿No podrían utilizar sus poderes?
El alcaide sonrió.
-Lo dudo mucho, señor Jameson. Cada celda de esta prisión está diseñada exclusivamente para albergar a su ocupante. Tenemos un extenso archivo con toda la información sobre los mutantes que están aquí encerrados. Conocemos todos sus puntos débiles y adaptamos las celdas en función de sus poderes.
El ascensor se abrió y Magneto vio un largo pasillo con muchas puertas blindadas a cada lado, cada una con una letra y un número.
-Las puertas son de acero reforzado y tienen un grosor de cincuenta centímetros.
-¿Cuál es la capacidad de esta prisión?
-Actualmente tenemos encerrados a unos cien mutantes, pero El Vacío tiene quinientas celdas en total.
-¿Y por qué está ubicada en el mar y no en tierra firme?
-Por mera precaución, señor Jameson. Si algún mutante, por alguna extraña razón, consiguiera escapar de su celda, no le quedaría más remedio que irse volando, o irse nadando.
-Hay mutantes que pueden volar.
-Sí, pero los tenemos muy controlados. Por esa misma razón sólo existen unas pocas personas que conozcan su ubicación exacta. Si algún mutante averiguara dónde está, podría querer sacar a algunos de los que están aquí. Y eso no puede ocurrir de ninguna de las maneras.
Demasiado tarde, pensó Magneto.

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